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lunes, 28 de noviembre de 2016
Incendio
Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.500 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.546-
Christian H. Valenzuela
Poeta y narrador chileno, nacido en Santiago en 1994. Estudia periodismo en la Universidad de Chile. Sus escritos -crónicas y poemas- han aparecido en diversas revistas como Digo.Palabras, Con Tinta Negra y Otro Páramo.
"En camino de un ridículo baile
de sonámbulos
voy despierto
pero a bailar como el que más"
INCENDIO
A centímetros de tu rostro
veo como dos meteoritos
se me acercan
y tras un beso
estrellan su núcleo
en este cuerpo helado
incendiando así
mis días invernales.
Inmediatamente
mi existir comienza a arder.
No lo cuestiono
y con llamas en mis brazos
te envuelvo entera
parezco un universo
arropando a una
estrella aturdida
perdida en la infinitud.
Y tú, liebre entumecida,
no pones resistencia
y te dejas quemar
al mismo instante
en que ambos
lentamente
nos dejamos consumir.
Un rojo titilante
nos rodea
buscas mi boca
entre humo
de astros derretidos
y la encuentras
y la sientes
y la fundes
con tu alma;
encendida
como el crepúsculo
del génesis
que acabamos
de pintar.-
ABSTRACCIÓN
Sin saber fumar siquiera
traigo en mis pómulos la contemplación
del fumador
y mis palabras no son más que la vellosidad
del silencio
que ha merodeado este caminar durante veintiún años.
En parques bulliciosos
dejo dormir el mentón sobre mi palma
y entre tequilas y guitarreos
la miopía me dificulta saber
quién a lo lejos me saluda.
Hoy parece que es Sofía,
la misma que cortejé años atrás,
cuando intoxicado en inocencias
creía que un poema sincero abría
piernas y corazones.
En aquel entonces ignoraba
que el verso era una serpiente de fuego
y el poeta, la polilla sedienta de fulgor
que coquetea con esas flamas alargadas
para evitar incinerarse.
No, no era ella
y tampco era a mí a quien saludaban.-
L' AMOUR
No
es
sano
penetrar
dos
corazones
con
una
lanza
y
aislarlos
hasta
que
se
arruguen
con
el sol.-
BIBLIOCLEPTÓMANO
Que el bolsillo trague las hojas
mientras se esquiva cada volteo con agilidad
para escapar con el corazón bajo la lengua
para correr por un cielo vertiginoso
para entronarse bajo las cómplices
paredes del bar La Unión.
Sabino, una jarra de borgoña, por favor,
antes que me rompa el pecho este prófugo palpitar.-
Christian H. Valenzuela
Imágenes: Pinturas con paletas de Estados Unidos.
quiquedelucio@gmail.com
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