Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.
Jean Pierre Bonnefont Bellolio: Poeta chileno nacido en Concepción en 1976. Publicó "La Edad del sol" (1994) con prólogo del poeta "Premio Nacional de Literatura" Miguel Arteche. Figura en el libro "Temporada Cultural" (1992), que incluye a ganadores del concurso organizado por la SECH.
Carlos Baier: Poeta chileno nacido en Rancagua en 1971. Estudia Periodismo en la U. N. Andrés Bello. En 1992 recibe la beca "Fundación Pablo Neruda". Es co-autor de la Antología de Poesía 22 voces de la novísima poesía chilena (1994). Figura en diversas antologías nacionales y extranjeras.
"Un punto aparte en la línea de la vida.
La belleza completa con la Nada,
con un signo que ilumina los vacíos,
hasta abrir la Vista"
EMPIEZA ESTO EN EL FINAL
¿Cómo ser otro y explicarte cómo soy
en el fondo, y al mismo tiempo
entregarte en una caja eterna un beso ?
Trascender este cuerpo, también
esta dimensión respiratoria,
donde tú eres tú y yo soy yo.
Quiero ser tú y amar
en tu lengua-je.
Eso es el comienzo.
Ahora
¿cómo retroceder si tus latidos avanzan?
¿te vas?
¿cómo sellar tu silueta inmensa
en el lienzo que empapaste
como agua en el agua?
Empieza esto en el final.-
CONSUELO
Sújetate de mí, desabrocha con cuidado
mis ropas, tócame,
préndeme, pero despacio porque estoy
herido.
Y si me tienes desnudo te ofreceré el cuello.
Abusa de la oscuridad, susúrrame con la lengua,
has que pierda el sentido y ámame por un segundo;
que con ese segundo viviré más.
Perdona mi silencio, comprende mi estatua;
rómpela, recoge los pedazos y moldéame desnudo,
siempre desnudo.
Pero con ternura porque aún estoy herido.
Hunde tus manos en mi pecho como si fuera
un pozo antiguo, y extraes el agua
y el fuego que gimen despacio.
Hazlo tú, por favor,
yo ya no puedo.-
Jean Pierre Bonnefont Bellolio
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PERDÍ MIS DOS MANOS ESCRIBIENDO POESÍA
Perdí mis dos manos escribiendo poesía ,
para ti, mujer; manco,
cojo de arriba, las he perdido las dos
en el aire,
izquierda y derecha
en lo oscuro. Se me fueron a las nubes, y más arriba todavía
en el intento se me fueron las dos manos a la cresta;
las mandé de un solo
tajo, arriba del Globo.
Perdí mis dos manos escribiendo por ti diez poemas a
la vez que no valían
ni 1 $,
femme delgada, y
oscura: leona, pantera loca, y
todo para qué: botado a la semana; excusa
y más excusas: mal parida,
te bastaron sólo 7
para dejar botado a este chileno enamorado hasta las
patas de tus ojos redondos como el horizonte; la cuestión
es que las perdí de hambre, de desaparición: se volaron,
se arrugaron, se recogieron mis manos sudorosas
que escribieron en tu cuerpo toda la luz.
Arriba del mundo se abrieron de pronto
señalándote con el dedo
índice.-
CUÁNTAS MUJERES HAY EN TI ROSARIO
Cuántas mujeres hay en ti, Rosario,
cuántas en una ola que van y vienen,
que soplan el aire eterno de su cuerpo,
esas que van saliendo como alcoholes
o sangre, mil veces en ti como águilas
de mi cuerpo a los planetas.
Van reventando millones en mi pecho, abriéndolo
ellas las que aguantan el aliento,
se manchan el vestido conmigo de ese modo sin hablar
una palabra, encendiendo el último cigarro
a las 03:45 horas de la noche, en mí,
llevándose para siempre mi hermosa juventud.
Cuántas mujeres van saliendo de ti Rosario,
cuántos rostros, cuántas bocas que voy oliendo,
cuántos, cuántos cuerpos repartidos por el mundo
en rosas y en peligro, cuántas mujeres son
que me están mirando y no conozco
y que aún sin saber su nombre
las llamo siempre, -Rosario-.
Carlos Baier
quiquedelucio@gmail.com
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