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domingo, 31 de marzo de 2019
La luna
Publicación N° 2.333-
Mayra Jiménez
Poeta de Costa Rica. Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela. Estudiante del Doctorado Interdisciplinario en Letras y Artes de América Central. Universidad Nacional de Costa Rica. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Costa Rica (1994). Fundadora del Primer Taller de Poesía de Solentiname, Nicaragua (1976), fundadora y Directora Nacional de los Talleres de Poesía en Nicaragua (1979 - 1988). Presidenta de la Asociación Costarricense de Escritores (2000 - 2002). Ha publicado, entre otros: "Qué buena tu memoria" (2002), "Me queda la palabra" Premio Nacional 1994, "Cuando poeta" (1979), "A propósito del padre" (1975), "El libro de Volumnia" (1969), "Tierra adentro" (1967), "Los trabajos del sol" (1966), etc.
"Yo toco la guitarra sola
en altas horas de la noche
para recordarte y así mi corazón
se une contigo como el canto"
LA LUNA
Anoche fue tan inútil la larga espera.
Vino la luna y pasó;
vino el amanecer temblando,
pero tú no, lastimosamente.
Desacostumbrada como estoy
permanecí sentada inacabablemente
y sin darme cuenta
que ya venía la luz
a sorprenderme
como un demonio.
Huí horrorizada hacia
las ramas, las leñas, la tierra seca
y me hice la que estaba trabajando.
Todas las tristezas siguieron silenciosas
metiéndose hacia adentro
en el cuerpo
toda la música de la noche
la encerré y la oprimí
sin que nadie me viera
Y porque sé
que ya no vuelves.-
POEMA 13
Tú ya no te ilusionas,
has dejado arrastrar tu cuerpo
a la circunstancia
del vino que estás apagando.
Aquellas flores han perdido su perfume
aquel árbol abandonó su razón.
Aquella mujer permanece
horas tras horas en la tiniebla
como si fuera un cordero sin amor.
Pero tú sigues
piedra madera poco sol
sabor con amargor
En el trote
oscuro de las madrugadas.
Todas las ilusiones
han dejado de ser fecundas
y van muriendo.-
VERSO 36
Cuántos amores
parecidos al que hubo
entre tú y yo
vienen y se pasan
tristes
como estaciones
que una tras otra
se reciben
y se van lejos
naturalmente
como cosas
que deben ser
sin preocuparse mucho
acerca de lo ido
Cuántos amantes y amadas
se alejan
tiernos unos del otro
y no vuelven a encontrarse
sino en el sueño
como fieles amigos
en la oscuridad;
Pero yo no me voy
ni tú tampoco
y mi corazón
no quiere soñar con el tuyo
tan crudo
para mí
que tanto te espero
noche a noche
pero que tú
por causas aún desconocidas
no vienes.-
CUÁNTAS VECES
Cuántas veces
atravesaste el parque
despacio
con un libro y
cuántas otras parejas
se enamoraban despreocupadamente
tocándose
besándose
olvidados
bajo un viento
como de lluvia.
Todas las cosas
pasaron
como un cantar
que siempre oigo.
Entonces recogí
mis cuadernos
entre las hojas
y me fui
porque sé
que a esas horas
tú ya no vienes
y el parque
está casi morado
a causa de la noche.-
Mayra Jiménez
Imágenes: Arte digital contemporáneo.
quiquedelucio@gmail.com
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