Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 4.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 2.312-
Azahara Palomeque
Poeta, narradora, traductora e investigadora de España, nacida en el norte del país en 1986. Ha sido galardonada en diversos certámenes literarios e incluida en varias antologías. Sus poemas y cuentos han sido publicados en revistas culturales de España "Batwings", "Safo"; de México: "El perro"; de Perú: "El Hablador" y de Estados Unidos: "Pegaso", Pierodáctilo", "Huesoloco". Ha participado en recitales y conferencias en distintas partes del mundo. Actualmente reside en Estados Unidos donde cursa un Doctorado, tarea que complementa con la docencia y la traducción literaria. Su primer poemario publicado es "American Poems" (Ediciones de la Isla de Siltolá, 2015).
"Tu reino lo tienes todo en la cabeza.
Es tu reino por el que pasea una barca
que amaina los párpados, los remos
ladran callados de ausencias"
EN TU MENTE
En tu mente y en mi vacío,
siempre así, tan rota,
como desnuda.
Intenté tropicalismo
y el desierto se partió en dos,
dio paso a la roca.
Milagro mal venido,
mostró cuán duros e inertes
los órganos de mis arenas...
Yerma,
a conciencia.
Famélica.
Háblame del mar
y oirás eco calizo,
antifaz con el que duermo
(y la vida me despierta
con más cuartos hueros).
En ti, como en lo que no soy,
no puedo ser otra cosa.-
ANA
Ana está llorando en su sonrisa
como un contagio del clima.
Ana supura, ella tras ella su padre,
tan sin los cristales hace el gesto
de abrir las ventanas y se piensa
cada vez más de tierra.
Ana es una raíz con alas de apagón
en el viento, a punto de sí misma
concede romperse extremidades
en los párpados,
cambiarse blanco,
¡Ana!
Para que apuntemos a ella,
desenvainando un nombre
reverencial a su gente, con tan poco
brazo se abre como cometa en el cielo.
Ana tiene dos epitafios por manos
que aún no han sido escritos,
azuza los tiempos,
pide casi un canto cuando mira
y sufre casi tanto como quien la escucha
y se arremolina, de agua.
Ana, hecha de pasos finales,
apuntalada en su marco de
lombrices ciegas, verdes, casi negras,
tiene uñas en cada pestaña
para inhalar la vida.
Ana está atenta a los ripios
y se ensaliva con ellos,
haciéndose un nido.-
EL BESO
Me das tu boca para que te cuente
tu vida impregnada
en saliva joven
y rellenas con muecas
tu historia en mi palabra.
Tu mirada es la hornacina
que persigue la estatua
que mis ojos sostienen.
Con los huecos que me dejas
el arte que tú has sido
contemplo,
y te cuento,
a medias con las fotos,
todo aquello que sabías haber puesto
en algún sitio, no recuerdas,
en mitad
del polvo que te llega,
si fuera polvo y no tierra.
Cómo corres a compartirlo todo,
como sabes que se acaba
el día
y ventilas, de sol,
la casa antes del frío
(como oreando la boca
con suspiro ajeno).
Para qué te empeñas
en cortarte a trozos y entregarte
o se te han caído los miembros
y yo los recojo.
Cuando te mueras se enterrará sólo el
tronco.
Y las raíces -preguntas-
y las raíces.
Entonces yo escribiré mi vida
con saliva vieja,
como un beso
de ancestros.-
Azahara Palomeque
Imágenes: Arte digital contemporáneo
quiquedelucio@gmail.com
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