Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.300 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.392-
Emilce Strucchi
Poeta y narradora argentina, nacida en Florida, Provincia de Buenos Aires en 1956. Es psicóloga clínica y laboral. Ha publicado los poemarios: "Pleno de ausencia" (2001), "Los trofeos del abandono" (2003), "La luz es otra cosa" (2004), "El tamaño del abismo", "Poseemos lo irremediable", etc. Entre otras distinciones, obtuvo el Primer Premio en género Poesía en el Concurso Refugio de Poetas, Madrid 2002, el Primer Premio en el Concurso Internacional de Poesía Raúl Rivero, Cuba 2004, Concurso Internacional de Novela Territorio de La Mancha (España, 2006) con su primer novela "Andar ligero", etc.
"Mis hondos artesanos insisten en las fosas
cuando soy la criatura animal humano
errante que rehúye
que escribe con furia de cautiva"
LÍMITE
Como quien sale al mundo por vez primera
ella extiende límite a su llanto:
la ronca huella
no su calor
y busca el rostro con los puños cerrados
y se acerca a ciegas a su boca
y a ciegas
se aproxima a conocer el pecho
hasta olvidarse el cuerpo en los brazos del hijo
para ser murmullo
el olor gutural
y un estallido que asesine la región del simulacro
ese bocado de humanidad
que le arrancaron a un hueco del destino
por donde un ala sangra su parte del fracaso
y no hay quien tenga recuerdo de su origen:
ninguna foto
para testificar tantos preludios
abrazados a heridas implacables
(o ciertas)
cuando era alondra y desbordaba el canto
como quien regresa con fe intacta
para reconstruir su muerte en paz
curvándose sobre estos pies difusos...
a mis espaldas se alzan las voces
susurran
un delito anterior.-
XVI
La mujer oculta sus cicatrices,
lamenta las sobras de su hambre.
Ella descubre que la poesía es un pantano
y siempre la emboscada
con su olor a muerte.
Una ilusión de nombre.
Yo alcanzaré mi aldea en lo callado.
Sentenciada a fiesta y a dolor
me ofreceré
para esta ceremonia.
XXVIII
Digo lo que no fue el amor.
Edifiqué los laberintos
para conmemorar brutalidades.
Ella cinceló agua sobre hielo
hasta arrancarme las mejillas,
hasta triunfar sobre mis ojos.
Digo lo que no fue de amor
porque poblé mi pesadilla para todas las noches
en que me regresaba.
Ella cedió el vacío
a las palabras,
al filo de la servidumbre.
Todavía
mastico su oscuridad.-
II
amansalva
en las inmediaciones
fuera de mí
delatora
y a sabiendas
lentamente
a favor de la furia
con todo, contra todos
sobra fervor:
la exponen y la esculpen
consumen su ternura, la mastican
ella traga violencia
ella se desnuda
la aman al fin
a la hora de escribir la reconocen
arrastrada y sensual
la apedrean
la derrumban
la doblegan, la rompen
ni una huella le queda
después de mutilar su mansedumbre.
XXXVII
Acecha a contra rayo.
Una fuerza final
mueve su mano después de la plegaria.
ya conquistó la noche
Grabó en su cuerpo rojo
agasajos de estafas que no se merecía.
Digna dueña de opacidades
ella me escucha
Jungla o Puñal
Locura Desapego.
Por eso implora el fervor de la sed:
para recuperar el sol y ajusticiar mis párpados.
Agusanar las horas
calmamente
hasta inventar
mi pretensión de oscuro.
XLIII
La muerte es muerte porque nos separa
John Done
Regresar a casa.
Regresar a la casa
es una sucesión de fresnos
amapolas piezas abandonadas
saber que no habrá ceguera
para los zapatos vacíos
sobre el pasto y la humedad de la tierra
que se despiden de los pasos
-los ruidos de sus pasos-
del crujido posterior al ruido de tus pasos
la madera estridente
regresar a la casa
es la sucesión de flores silvestres
y tréboles y juncos
sacrificio de cuadros de familia
colgando en las paredes
el acto de tantear habitaciones
una a una
habitaciones que son un caos
mudo
de orden perfecto
puntiagudocortane
y en cada lugar al que entramos
nos espera la nueva despedida
una ausencia rotunda de su voz
que busco y busco te busco sorda muda
por todos los rincones
escaleras peldaños
debajo de las mesas
puede ser juego inofensivo
perverso peligroso
tal vez detrás de algún aromo...
fijarse darse vuelta
buscarle las pupilas
el perfume
el pañuelo de acuerdo con el traje
seguir
las casuarinas los sauces los alerces
y no
colores de luto o los otros
primos hermanos o lejanos
tías ellas oscuras
que cuentan las anécdotas
¿pared o paredón el muro?
después coro cantos canciones
la perseverancia de las canciones los chillidos
las luces los ramos de azucenas
los frenos no funcionan
que me trague la tierra el campo
el horizonte que esta vez termina
la ruta que concluye en otra ruta
se destrozan los pies
los frenos no funcionan
te tragan los maizales
el trigo los sembrados
los hierros retorcidos
la puta muerte que te trae
te lleva.-
Emilce Strucchi
Imágenes: Pinturas del argentino Juan Carlos Castagnino
quiquedelucio@gmail.com
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