Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 2.197-
Julio Herranz
Poeta y narrador español, nacido en Rota, Cádiz, en 1948, reside en Ibiza desde 1974. Es redactor en jefe de cultura del periódico Última Hora Ibiza y Formentera. Obtuvo en 1991 el Premio Nacional de Poesía Rafael Alberti. Parte de su obra: "Armas de sueño y cuerpo"(Cadiz, 1979), "El ángel y su estirpe" (1981), "Memoria de la luz" (Granada, 1988), que obtuvo el IV Premio "Ciudad de Jaen", "La mirada perdida" (1991), "Cartas de amor sin embargo" (Ibiza, 1998), "Incubando /que sí que no)" (1998), "Suite aillada" Colección Poesía precintada (2001), etc. Ha participado, además, con poemas en varias antologías de España y del extranjero.
"Me has descubierto ahora en la
imagen del hombre que contempla
noria inútil los días el devenir
terrible de la piel arrugada"
Y PASASTE DE PRISA
Mejor que no lo entiendas,
que tan sólo el deseo,
siempre imprevisto,
siempre renovado,
sea tu realidad más inminente.
Desde el azul cautivo de tus ojos
una burla del mundo te aparece
y piensas: no es la hora,
no puedo detenerme.
Y agitas todo el cuerpo
hoy tostado de sol
y de manos furtivas
y vives; pero dices que es sueño
y que no quedará Ibiza
entre tus labios. Aspiras
aún más fuerte el olor del verano
y recorres los cuerpos
dejando tibio el sabor de tu boca
en la forma perfecta
de un bello dios adolescente.
Y así te irás, seguro de ti mismo
y satisfecho de todos tus momentos,
porque la isla te ha dejado jugar
a que puedas ser libre. En tus brazos
y en el azul del cielo,
mar y en tus ojos continuos
hay signos inmortales que lo perdonan todo,
hasta esta ausencia que viste soledades,
noches preñadas de recuerdos,
camas de abrazos rotos
que no me duelen ya
y un regusto de piel
como amor o deseo.-
REHUSO LA RAZÓN
Que no dejen entrar su cuerpo hermoso
hasta la paz tranquila de mis sueños;
que su rostro se nuble de mi lado
dando espacio al vacío del olvido;
que su alegría no entristezca mi paso
y que su luz de espigado narciso
no se vuelva tiniebla entre mis manos,
ávida de abarcar su geografía.
Pero que estés ahí, que te sienta
como el aire feliz de mi garganta,
presente y necesario
mas todavía inofensivo amor,
gentil en sus caricias y alimento
de libertad y vida.
Y es que ha sido insensato
estar un día entero sin encontrar tus ojos
por todos los caminos de mi paso;
sin sentir tu sonrisa, tu movimiento
de genio adolescente, tu apetito sin par,
tus palabras de sol,
tus gestos no aprendidos
que visten los rincones de mi casa
Así que vuelve y vete y no te vayas más
pero extiende tus alas, acelera
el fluir de la sangre por mis venas.
Aunque sólo pretexto, tu existencia
es fuerza de clamor para la tibia
monotonía constante de mi duda.-
HECHIZO EN LA PALABRA
Una fecha prepara la nostalgia
y vuelve atrás el brillo de una luz y un aroma.
Septiembre se hizo el mes y veintiséis el día
que a la noche condujo.
Tú lucías veinte años seguros en belleza,
tenía yo la edad de un sueño ajeno al tiempo.
Puede que aquellos versos vencieran
tu reserva o, acaso, mi insistencia
derribó tus temores.
Pero lo que fue cierto es que el beso prohibido
se hizo carne en mi lecho con silencio
solemne, que el levísimo roce de tus
labios me supo a sentimiento de que lo hacías
consciente del valor de tu acto,
consciente de quererlo.
Que la dicha después abriera mis caricias,
nadie pudo impedirlo.
Vino la oscuridad y el rito se hizo lucha
de sábanas y brazos; mi boca despertando
tus frutos más remotos. Intimidad de piel,
sin rastro de recuerdos, elevaba la sombra.
En camino hacia el sueño, compartir un cigarro
me dio la pauta lenta, insinuación o llama al
compás del olvido que remansa la vida.
Es cierto que una noche
puede borrar a tantas de soledad y miedo.-
Julio Herranz
Imágenes: Pinturas de Richard Schmid (Estados Unidos)
quiquedelucio@gmail.com
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