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lunes, 1 de octubre de 2018

Martillazos

Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 2.172-



                                                                                                                                Leticia Cortés

Poeta y gestora cultural de México, nacida en Guadalajara, en 1980. Su obra ha sido traducida al catalán  por el poeta Joan Navarro. Sus textos han sido recopilados  en revistas de México y del extranjero, así como en las antologías "Poesía viva de Jalisco", "Voces varias a veces líquidas", "100 poetas del mundo", "El fabricante de deudas", "Poetes americanes a partir de 1976", etc. Es autora del libro "Lámpara de sueño" (Ediciones Cuadrivio, 2006). Ha impartido talleres de literatura y creación poética en la Universidad de Guadalajara y la Universidad Autónoma, así como en el Diplomado de creación literaria y filosofía del arte del Centro Humanístico Evolvo Únitas. Coordina la muestra de escritores que se realiza en la Capilla Elías Nandino.


                                                                                                "Es que soy tan dada a irme cambiando
                                                                                                 de canal, tan acostumbrada
                                                                                                 a tus círculos meridianos,
                                                                                                 a tu clavicordio de cometa pendular" 













A FUERZA DE MARTILLAZOS

Porque me diagnosticaron mal el hambre,
se me desnutrió el corazón.
Por todo lo infértil que he sido,
las tempranas ganas de masturbarme.
Porque se me fue el himen por el lavabo,
los platos se me despegaron de la boca.
Todas las noches que deshice el amor.
Porque el óvulo se me rompía en el trayecto,
los brazos llenos de gravedad íntegra.
Se me rasga el agua que flota hiriente,
cuentagotas de reloj asustado.
Es que dilapidé tus manos en mi pelvis,
acepté a fuerzas de martillazos
tu lengua en mi camino.
Hubo olores de pronto
tan amargos como tu saliva,
instantes de los cuerpos dormidos
acumulándose en la muerte.
Es que no me dabas tanto odio para amarte,
no tenía las manos alineadas a la tierra,
es que todo ese amor de querer ser madre,
la sangre infecta.
Acepto mi debilidad
mis dientes de púas filosos.
Todo este amor que no tengo.
Porque mi nombre está enfermo y me duele.
Porque empuño mi cordón umbilical
y me veo aún enfetada.-



POLVO DE REPENTE

Éramos capaces de ser asfalto
agua hirviendo en el sexo.
Éramos capaces de mirar
caleidoscopios lloviendo en la puerta.
De adivinar sacudidas en el corazón,
jardines en los mosaicos de las cantinas.

Éramos capaces de ser ponzoña bajo la carne,
mudos ante la cama.
Nos movíamos en algazaras,
vivos peces agitándose en la boca.
Éramos capaces de quitarnos los zapatos y los dedos.
Quedarnos quietos de las branquias y acosarnos.
Ser dolor de pronto,
una amortiguación trémula para la caída.
Éramos estas ruinas que vemos.
La tormenta cerrando los huecos.
Nos comíamos adheridos a las piedras.
Sísifos recorriéndonos
cayéndonos.

"Romperemos la noche,
avanzaremos"
así nos dijimos
romperemos la noche
avanzaremos
dejaremos rotas las murallas y el pubis,
polvo seremos de repente.-


SEIS TREINTA PASOS

I

Hierve la televisión
Bajo una luz sirvo la taza de tu nombre
caliente vuela
como albatros
me sumerjo en la taza y te busco en ciudades
sepultadas de los posos.



II

Habías llovido. Exploté burbujas de alfileres sobre el aire.
Encima de la mesa yo vi.
Se hinchó la madera el techo. Bebí. Crecí como telescopio.
Me enredé.
Pero mi amor se resquebrajó en ciento treinta decibeles
¿Quién dijo que el sonido se mide por kilómetros?
Si la leche y el pan y tu lluvia se miden por voltaje
¿Quién dijo que la soledad es, a fuerza de palabras
un lugar vacío?


III

Habías llovido.
Yo me hubiera suicidado
Si no fuera porque un dolor me llegó de pronto
Árbol tristísimo cayendo lentamente
balanceándose hacia arriba
intento decirte algo pero sólo llueves.
Mis palabras revolcándose en tus
ganas de llover.-


IV

Mis ojos
paralepípedos
arañan.
Estoy piedra y lama
acurrucada en el nombre de Dios
Murmuro tus murmullos que se hacen lógica
-La lógica me pulveriza.-





                                                                                                                                       Leticia Cortes



Imágenes: Pinturas de Alessandro Ljubicio






quiquedelucio@gmail.com



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