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domingo, 29 de octubre de 2017
El fuego
Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.839-
Albeiro Montoya
Poeta y ensayista de Colombia, nacido en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, en 1986. Actualmente se desempeña como profesor universitario. Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia en la profundización de Poesía. En 2011 realizó una investigación sobre los poetas Carlos Héctor Trejos Reyes y Orlando Sierra, titulada "Poesía de la muerte y muerte de la poesía" para el Portal Literario del Eje Cafetero. Sus textos han aparecido en numerosas antologías de su país. Dirige, entre otros, el portal "Literariedad".
"es el sombrero de un hombre que murió
a la primera luz de un día aletargado
toda una vida, y el discurso ignorado
de las horas untadas de vacío"
EL NOMBRE DEL FUEGO
La vida es amarga, en consecuencia, besa.
Quémate si el fuego en que amamos es el último.
No temas a mis manos que aprietan tus pechos
como si fueran dos azucenas vencidas por la noche,
así como yo no temo a tu delicada forma
de abarcar mi cuerpo
de hombre o de sueño o de árbol
aprendía a olvidar de qué extraña sustancia amanezco
construido cada día.
Amar es lo único que nos queda por hacer.
Vivir en esta instancia de la muerte
es ínfimo comparado al amor.
Desnudarnos fue un acto apenas cotidiano
como soñar con rosas o bailar antes del sueño.
Desnuda sé amarte como si estuvieras hecha
de azucena estremecida
o de lluvia amaestrada para caer en la melancolía.
Saber amar mi cuerpo desnudo de hombre
de sueño o de árbol.
No prestes atención a las dos palabras estremecedoras
de mis ojos.
El nombre del fuego no se pronuncia:
se besa.-
NATURALEZA MUERTA
La muerte puede ser un sombrero blanco
sobre nuestros mejores libros,
un vestido sin estrenar,
un par de camisas a rayas que huelen a café,
una mujer venteando un fogón
para encender la tarde.
Pero no,
soy yo
tan solo,
barriendo imágenes
en la oquedad de este instante.-
PIROMANÍA
Quiero jugar el fuego
incendiarme en tus ojos
donde todo existe
porque nada existe fuera de la noche
Quiero jugar el fuego
esta sospecha de que no existo
y apenas soy un traficante de silencios
un vendedor ambulante de la memoria
Quiero jugar el fuego
incendiarme en tu boca
donde se accidentó el deseo
por pasar en rojo las palabras prohibidas
Quiero jugar el fuego
besarte
robar las llamas
y ganar la muerte.-
LABIOS DE CENIZA
Café hondo el pueblo a distancia fulgurante
café hondo el silbido del viento
que confunde los árboles con perros
Café hondo la tibieza donde alguien menudo
dejó un beso marcado en nuestro espejo
con labial de ceniza
como advirtiendo que jamás volvería
Ojos morenos
Café hondo que bebo a solas.-
NO NOS AMEMOS
Espérame
no puedo ir a ti sin saber por qué el miedo
a quienes están exentos de la felicidad
les reparte claveles morados
cartas sin firma y sonrisas póstumas
Espérame
tengo que acabar mi vida antes de amarte
Antes que nada tengo que morir.-
EL VIENTO PODRÍA EQUIVOCARSE
Si por un error del viento que viene del sur
llegaras a morir,
o si cayeras de pronto en el olvido,
en algún lugar no difícil de encontrar
deja un poema voluntario
que se encargue de distribuir la vida
y la palabra
que queden inconclusas.
Aunque quisieras irte en silencio
no tendrías otra opción
porque la palabra es postergar la vida
y la vida postergar la esperanza.-
Albeiro Montoya
Imágenes: Pinturas de Winslow Homer (Estados Unidos, 1836 - 1910)
quiquedelucio@gmail.com
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