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lunes, 21 de agosto de 2017

Margarita

Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.




Publicación N° 1.773-




                                                                                                                 Carmen Iriondo

Poeta y narradora argentina, nacida en Buenos Aires, en 1952. Vive en la ciudad de Mar del Plata donde obtuvo el título de Licenciada en Psicología. Ha publicado. "Casa propia" (1988), "Rara vez" (1995), "La niña pandereta" (1997), "Por el miedo te digo" (2000), "Egle y Suertes Virgilanas" (2002), "Syl y Ted" (2003), "Animalitos del cielo y del infierno" (2004), "Prosas de dormida" (2005), "Vuelo de fiebre" (2007), "Seamos nieve" (2010), "El rock de los limbos" (2011), "El carro de las letras" (2015), etc. En 1998 viajó a los Estados Unidos, convocada por la "Montclair State University" para leer su propia poesía traducida al inglés.


                                                                                           "Quisiera que los peligros se conviertan
                                                                                             en fusas pequeñas y notas oscuras,
                                                                                             moscas en la pista de cinco líneas
                                                                                             y al fondo de las almas, otra música"











LA MISMA MARGARITA

No temas te lo digo yo que soy vos
y que conozco la frazada de la cripta
te tapa con el calor de la arena soleada
te va a mimar la misma margarita
te cubre con el musgo de acariciados tallos
y si aún hay cosquillas por el miedo te digo
yo que soy vos y pasé por tierra mi estertor
te va a mimar la misma margarita silvestre
familiar del rocío
por si la sed despierta.-


LUNES

Sobre el colchón grumoso como
sopa de sémola
un día sabemos que el amor se muere.
Que la conífera muestra frente al patio
una rama de oro asomado,
una estrella marchita.
De arriba abajo así mata el amor,
los besos de ceniza y el polvo de mentiras.
Se arruga la piel como roca de luna
y la mortaja vira al tenue lila.-


II

Húmeda aún por el beso que le dieras
reniego de tu beso y de tu boca
mientras las filas largas de soldaditos verdes
desfilan por mi vientre repitiendo
los himnos, la guerra.

El resto es la mujer. A medias, triturada,
sellada por la barra del portón de madera,
cruzada sin cruzar la fosa del castillo
donde se estacan de frío cocodrilos
abiertos, inflados por el gas imaginario.-



LABORES

Una brizna de hilo, eso soy cuando tiemblo,
me sorprende mi voz. Hilillo que se enhebra
en pasados remotos y cose el dobladillo con
puntadas en cruz. No sé pedirle el paño que
ignore mis pinchazos, o tus pestañas frágiles
que barran cada punto y limpien el error.
Ama de llaves, pido, no utilices tus dientes
para cortar el largo bordado del adiós.-



LOCURA CORDIS

Su corazón, tu corazón anárquico dispara
detrás de un buen remedio: raíces de nenúfar,
palidez, buen llorar, sudores, sexo lento
para dejarse morir después de pena.

La piel anémica bordea el gran delirio
entre la fiebre abierta de azucenas blancas
y tesoros en el mar de fantasmas.

Cómo encontrar el desvío, pecado
original por el que enferma el alma.
Morir sin dolor en la cabeza ni magras
privaciones, de talles afinados por la moda.

Cara de cera enamorada, mal de amor, nada.
Inapetencia, escritura que tiembla, vive.
Mimí en La Bohéme: Hierve y tose.-



III

Ambrosía, macedonia, comamos
las palabras para fundir el miedo
a las creencias,
que tengo
que sufro
que me caen
¿qué no me cuestan nada?
Se olvidaron de esa bolsa de género
estropeada, rápida y prematura
suelta de puntos justo en el borde.-



IV

El horizonte se ha puesto rosado,
sus tules vaporosos escapan de la niebla
seduciendo a ese sol para que se zambulla
en el horizonte. Torneado por los rezos
el sol deja asomar un medio círculo filoso,
áureo, naranjado y contento. El anillo de fuego
para mi dedo libre de noviazgo. Una tenue
acuarela de un plato rojo en vuelo.
A tempo de un adagio, hoy distinto que siempre,
hundido va a su amparo.-




                                                                                                       

                                                                                                               Carmen Iriondo 




Imágenes: Pinturas de Anna Brigitta (Contemporánea)







quiquedelucio@gmail.com

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