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domingo, 27 de agosto de 2017

Huésped

Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 1.778-



                                                                                                                          Elkin Restrepo

Poeta, narrador y dibujante de Colombia, nacido en Medellín en 1942. En 1968 ganó el Premio Nacional de Poesía Vanguardia con su libro: "Bla, bla, bla". Ha publicado, entre otros,los poemarios: "La sombra de otros lugares" (1973), "Memorias del mundo" (1974), "Lugar de invocaciones" (1977), "La palabra sin reino" (1982), "Retratos de artistas" (1983), "Absorto escuchando el cercano canto de sirenas" (1985), "La Dádiva" (1991), etc. Es abogado de Antioquia y Profesor Titular de Literatura de la misma universidad. Actualmente es codirector de la revista "Poesía" y de "Revista Deshora". Poemas y textos suyos han sido traducidos al inglés, francés, ruso y hebreo.


                                                                                    "la vida borrada por el mismo paso de la vida
                                                                                      como si otra no hubiese existido,
                                                                                      y como si del curso del mundo
                                                                                      apenas importara el instante presente"









HUÉSPED

Viniste a mí
sin darme aviso.

Ningún sueño presagiaba
tu paso de cometa,

ni advertía
acerca del mal
que roba
lo que está seguro.
Pronto debí servir
a quien tenía modales
de huésped
y alma compuesta
con rosas de la luna.

Con besos y argucias,
con ultrajante lengua,
te tomaste la casa
y te quedaste a vivir en ella.

Y dueña te hiciste
de lo que no era tuyo.-



SENELITÁ

¿Será lo mismo el amor
cuando yo envejezca
y no quiera ver mi cuerpo
y el placer nada tenga
que ver conmigo?

Temo a ese instante.

El paisaje vuelto
pensamiento melancólico,

el sol que no calienta,

el deseo que no vuelve a casa.

¿Qué sentido
tendrá entonces vivir
si el amor
te rehusa su promesa?

tu voraz y obsceno abrazo con la vida

el fiel aroma de una mujer.

Porque de acostarse con el dolor,
sólo habla la vejez.-


3

La vio desnudarse
y luego sentarse en frente del espejo
había adelgazado en las últimas
                           semanas
y de nuevo su cuerpo volvía a ser
                           el de antes
más rotundo y bello quizá
quizá más sensual
ahora que estaba cerca de los 40
y un íntimo fulgor irradiaba en ella
ahora que todo empezaba a llevárselo
cada instante fugaz.-



 LUGAR COMÚN

Si les dijeran
que todo aquello es amor,
lo negarían.

Viven un hechizo y no se dan cuenta.

Pero él se desespera si no la ve,
y ella acude en su busca
si no lo encuentra.

Sentados en el bar,
podrían pasar la vida entera.

Dos que no saben
que son uno,

y que para reunirlos
se movió de su sitio
el universo mismo.

Y hablan y hablan
(de todo y nada en apariencia),

sin saber
que es del amor que hablan.-



JARDÍN DE SUBURBIO

Desperdicios, latas, hierros retorcidos,
un nido de alimañas.

Nada sobrevivió
al ángel disgustado que lo cuidaba.

En un instante se desvaneció
su lumbre arcaica,

su vocabulario de aves
y verdes perennes,
su confusión carnal.

Nada quedó,

y hasta la pisada de Dios
perdió seguridad
ante tanta puerta cerrada.

En su lugar,
un baldío, un basurero, una cloaca,

un sucio rincón de la ciudad.

Para no hablar de nostalgias
me cocí la boca.

Había dejado de amarte.-



RANGO

Sabía, sin mucha razón,
que alguien venía.

Ignoraba quién,
pero alguien venía.

Este era el día
¿cómo no marcar la fecha?
de una dicha imprevista.

El lugar, la mesa,
los preparativos,
imponían un cuidado.

Alguien venía

Abrió la puerta.

Su apretado corazón
midió la espera.

El rango le inquietaba,
el poder de su belleza.

Alguien venía.

Esperó y esperó.

Nadie vino.

Pero supo
(con mucha razón)
que a su vida daba valor,
¡y en qué medida!
aquella espera.-




                                                                                                                    Elkin Restrepo



Imágenes: Pinturas de Brad Kunkle  (contemporáneo)





quiquedelucio@gmail.com

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