Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.977-
Clara Vasco
Poeta nacida en Caracas, Venezuela, con residencia -desde niña- en la República Argentina. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Concurrió al taller de poesía de Gianni Siccardi y al taller literario "El tren de la palabra" coordinado por Inés Manzano y Lidia Rocha. Su poesía ha sido seleccionada para la plaqueta "11 Poetas Jóvenes" y difundida en varias antologías de Argentina y otros países latinoamericanos. Su primer poemario es "Lavandera de la noche" (2008).
"Entre el agua y el fuego
nada queda del naufragio.
El ave de la vigilia me cubre el cabello
que se vuelve polvo"
LAS AVES
Él ya no vive cerca
se mudó a otra mujer
Sus brazos se alargan con la lluvia
para tocar el desamparo de las aves
en los puertos por donde viaja su alma
Yo
pasajera del día
más frágil que las aves
saludo a la distancia
Él habita sin embargo en mí
polizonte
hace maniobras en el agua de mi cuerpo
La tarde se ha puesto transparente
es un sombrero de copa
las hojas anidan en el pavimento
el frío es un cuerpo que canta.-
UMBRALES
cuando salgo del amor ando por la calle
con un puñal en la garganta y otro en el corazón
me entrego a los umbrales como a un regazo
las calles de los hombres que amo son
misteriosas
guardan el perfume de sus cabellos
y el gesto de la mañana
cuando salen a vivir
las calles donde están las casas
de los hombres que amo
guardan retazos de mar en las ventanas
una violencia me obliga a transitarlas
como una sonámbula
buscando rastros de piel
siento el mundo apretándose en mi cuerpo
cuando amo
laten conmigo los pájaros de la cuadra
y otros hombres que pasan y me ven así
me dicen obscenidades
o piropos inocentes
y yo los perdono.-
AUTORRETRATO INSOMNE
Nada me tranquiliza tanto
como inclinarme frente a la heladera
con la puerta abierta
permanezco
pensativa y concentrada
mirando mis entrañas
me siento acompañada
y luego cuelgo una foto mía.-
EL NAUFRAGIO DE UNA MUJER ANFIBIO
Estoy juntando
los restos de un naufragio.
Llevo
la estola de dolor del hombre príncipe
el mar
las cigarras.
La piel atada con cebo
se ahoga en mis pulmones
queman los restos del palacio de oro
y las anclas oxidadas
abren tajos en las manos
anzuelos azules que no cesan
cajones de remedios
cajones de palabras
cajones de muertos flotando en la laguna
yo, sirena de penumbras,
me perfumo con las gotas de los cuerpos
que hacen un gesto desde la orilla.
Allí están todos mis queridos:
yo me sumerjo
entre las piedras umbrías del amor
y la salvaje tormenta del silencio
A mí me dieron de mamar
palabras de sangre
una leche inconclusa de flor en el desierto
Allí vienen todos los cajones
y nos sentamos a tomar el té
Yo tuve humildes
que pisaron la tierra con zapatos de hierro.
Los frascos de dulces casero
se apilan en los estantes con los libros
y las flores que pintó mi abuela
la tapada
que callaba el bullir de su savia
bailando alrededor de la mesa
(cuando se quedaba sola
y prendía la radio
y podía latir
sus manos delicadas
con anillos y zafiros ya extraviados)
Echo un puñado de lágrimas al mar
hago un surco en la tierra
adiós! -digo-
sigo mi camino
Entre el agua y el fuego
nada queda del naufragio.
El ave de la vigilia me cubre el cabello
que se vuelve polvo.-
Clara Vasco
Imágenes: Pinturas de Lita Cabellut (contemporánea)
quiquedelucio@gmail.com
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