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lunes, 19 de septiembre de 2016

Notas perdidas

Sexto año de una antojadiza antología de la pesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.400 escritores, respetando el derecho de autor.




Publicación N° 1.476-



                                                                                                   José Asunción Silva

José Asunción Salustiano Facundo Silva Gómez, poeta de Colombia, nacido el 27 de noviembre de 1865 en Bogotá y fallecido a los 30 años, el 23 de mayo de 1896.



                                                                                    "tú no lo sabes...mas yo he soñado
                                                                                     entre ms sueños color de armiño,
                                                                                     horas de dicha con tus amores,
                                                                                     besos ardientes, queridos suspiros"








NOTAS PERDIDAS

I

Es media noche. Duerme el mundo ahora
bajo el ala de niebla del silencio
vagos rayos de luna
y el fulgor incierto
de lámpara velada
alumbran su aposento.
En las teclas del piano
vagan aún sus marfilinos dedos,
errante la mirada
dice algo que no alcanza el pensamiento.
¡Cómo perfuma el aire el blanco ramo
marchito en el florero,
cuán suave es el suspiro
que vaga entre sus labios entreabiertos!

¡Adriana! ¡Adriana! de tan dulces horas
guardarán el secreto
tu estancia, el rayo de la luna, el vago
ruido de tus besos,
la noche silenciosa,
y en mi alma el recuerdo!.


II

Si en vosotras algún día
se fijan sus ojos bellos,
¡Pobres estrofas! habladle
con rumor suave y lerdo
como notas de una música
que oímos hace mucho tiempo,
y que impregnada de aromas
torna en las alas del viento.
Alzada cual leve brisa
besad sus blondos cabellos
y penetrad en su alma
y en los espacios perdeos
como en la triste capilla
las espirales de incienso!.


III

Como recuerdo de su amor sincero,
recuerdo dulce y único
de aquel amor suave y melancólico
cual la luz del crepúsculo,
guardo en un cofrecito plateado
unas rosas de musgo
las contemplo en mis horas de alegría,
las beso cuando sufro,
¡Aún guardan el perfume penetrante
de los cabellos suyos!

Cuando bajo la tierra muda y fría
duerma, lejos del mundo,
cuando el ramaje de mi visible sauce
cobije mi sepulcro,
sobre la piedra que mis restos vele
poned el ramo mustio!


IX

¡Bajad a la pobre niña,
bajadla con mano trémula,
y con cuidadoso esmero
entre la fosa ponedla
y arrojad sobre su tumba
fríos puñados de tierra!
Aún sobre sus labios rojos
la sonrisa postrimera,
tan joven y tan hermosa
y descansa helada, yerta,
y está marchito el tesoro
de su dulce adolescencia.
Bajad a la pobre niña,
¡Bajadla con mano trémula
y con cuidadoso esmero
entre la fosa ponedla
y arrojado sobre su tumba
fríos puñados de tierra!
Cavad ahora otra fosa,
cavadla con mano trémula,
de la sonriente niña
del triste sepulcro cerca.
Para que lejos del mundo
su sueño postrero duerman
mis recuerdos de cariño
y mis memorias más tiernas.
Bajadlos desde mi alma.-


JUNTOS LOS DOS


Juntos los dos reímos cierto día...
¡Ay, y reímos tanto
que toda aquella risa bulliciosa
se tornó pronto en llanto!
Después, juntos los dos, alguna noche,
 reímos mucho, tanto,
que quedó como huella de las lágrimas
un misterioso encanto.
Nacen hondos suspiros, de la orgía
entre las copas cálidas
y en el agua salobre de los mares,
se forjan perlas pálidas.-



HUMO

Bajo los árboles viejos
cuya sombra el suelo baña
miro perdida a lo lejos
una pequeña cabaña.
Todo en quietud allí se ve,
la ventana no está abierta
y el musgo grisoso crece
sobre el umbral de la puerta.
Cual tibio aliento aromado
que el frío condensa en nube
humo tenue y azulado
en espiral de ella sube.
Del alma que allí reposa
noticias al cielo le lleva
el humo que de la choza
en espirales se eleva.-



ESTRELLAS QUE ENTRE LO SOMBRÍO

Estrellas que entre lo sombrío,
de lo ignorado y de lo inmenso,
asemejaís en el vacío,
jirones pálidos de incienso,
nebulosas que ardeís tan lejos
en el infinito que aterra
que sólo alcanzan los reflejos
de vuestra luz hasta la tierra,
astros que en abismos ignotos
derramaís resplandores vagos,
constelaciones que en remotos
tiempos adoraron los Magos,
millones de mundos lejanos,
flores de fantástico broche,
islas claras en los oceános,
Sin fin ni fondo de la noche,
estrellas, luces pensativas
estrellas pupilas inciertas
¿Por qué callaís si estáis vivas
y por que alumbraís si estaís muertas?.-




                                                                                                   José Asunción Silva 




Imágenes: Pinturas de Nicolay Bogdanov-Belsky  (Rusia, 1868 - 1945)






quiquedelucio@gmail.com




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