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miércoles, 28 de septiembre de 2016

Capítulos

Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.400 escritores, respetando el derecho de autor.




Publicación N° 1.485-



                                                                                                          Juan Suárez Proaño

Poeta y narrador de Ecuador, nacido en Quito en 1993. Es estudiante de Comunicación y Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.  A los diecisete años terminó su primer libro "A mi mundo", publicado dos años más tarde por la Casa de la Cultura Ecuatoriana (2012), su segundo poemario "Lluvia sobre los columpios" es de 2104, en 2015 publica poemas y cuentos en una obra conjunta con su abuelo "Ternuras al caer la tarde", su último poemario es "Hacen falta pájaros" (El Ángel Editor, 2016).


                                                                                              "Si me duelo
                                                                                               es porque soy todos los dolores
                                                                                               todas las incertidumbres
                                                                                               dolor de tiempo, dolor de reír,
                                                                                               si es verdad que reír duele"








CAPÍTULOS

Hay capítulos en la vida
que se entienden en soledad.

Si quieres
te los puedo contar uno a uno
en estos días en que la ciudad y su tiempo
nos permite platicar de cualquier cosa.

Están mis noches de insomnio, por ejemplo,
abundantes en mi niñez cansada y
envejecida de forma prematura.
Sé que tenía miedo.
No sé más.

Está la historia que bien conoces de mi padre,
mi miedo al exilio
mis esperanzas como árboles.

Te puedo contar también las cosas de mi cuerpo.
Cicatriz en la mano derecha. Cinco años. Caída de un árbol.
Creía que no era tan alto.
En esos tiempos era más optimista.

Rodilla, catorce años. No puedo inclinarme.
A veces me canso de estar de pie.

Costillas. Dicen que las hizo Dios
con un pedazo de mujer,
guardan mucho de lo que tengo
para ser hombre.

Por lo demás, no me conzco a mí mismo.
Hay capítulos que se comprenden solo en la sombra
de la intimidad.

Desnúdame pronto.
No hay tiempo.
Ábreme la memoria del futuro.
Ayúdame a entender.



PÁJAROS

Tras el cristal, el olor a lluvia
y una dudosa mañana
que nos mira por detrás de los árboles
con la misma prontitud que la alegría.

El día ha creado tu cuerpo dormido como un lago
las posibilidades que tiene la esperanza
y esta forma segura de mirarnos a los ojos.

Desnúdate, compañera:
en esta ciudad
sólo faltan pájaros.-



MANOS


Está el verano del 98
primera vez el mar.
El recuerdo de la espuma
tan parecidoa descalzarse sobre el césped.

Abril del diez. Ya no le pregunto a mi padre
por qué la gente mata cada día.
Mis ganas de matar tienen la respuesta.

Noviembre del catorce.
Ni matar, ni morir, por ahora.
El limpio río del amor
lava la sal de mi cuerpo.

Hoy
las cosas que escribo van más allá de mis ojos
y el verano del 98
el amor fértil de noviembre
tienen su propia carne.

Mis manos han aprendido a tocar el tiempo
fuerte y sobrias como mis años
con el mar
con las ganas estériles de la muerte
con el río.-


NIÑO

De grande tendré barba espesa y profunda,
haré algo por la paz en el mundo,
seré noble
seré un buen hombre.

Me miro al espejo.

Solo esta barba
solo esta guerra
solo este hombre.-


DEL PADRE AL TIEMPO

Más allá del tiempo
observo los ojos de mi padre
proyectar la sombra fría
de un cazador vencido.
Escudriñan la casa.

El ritmo de la memoria
mueve sus párpados.

Dicen que mi hermano tiene sus mismos ojos
y que yo tengo el mismo brillo inquieto
por el futuro.
Cuánta tristeza necesitaron ver
para convertirse en una caricia,
cuánta alegría llenó el pozo de sus lágrimas,
cuántos amaneceres
para convertirse en hombre.

¿Serán los mismos ojos que miraron a mi madre?
¿Los mismos que miraron la noche bajo la sombra
del secreto?

Sus párpados brillan
como pequeños inviernos en la historia.

Tengo los mismos cristales
en los ojos.
Yo también miro
como un cazador vencido.-


POETA

Si hay cárceles donde no cabe ni un suspiro

si entiendes del abandono
y sabes que los cortes más limpios provienen
de los pájaros.

Si al cristal de tu ventana
rasgan las uñas del tiempo
como voces desteñidas,

si tus párpados
llevan un sueño desaparecido
y soportas ser acribillado
por las cosas que no dijiste.

Si comprendes el incumplido final de tus derrotas
y escondes el deber de tus manos
en una caricia.

Si no te tienes
ni a ti mismo.

Dime cómo después de todo
para seguir creyendo
en el poema.-



                                                                                                    Juan Suárez Proaño




Imágenes: Pinturas de André Lhote  (Francia)





quiquedelucio@gmail.com




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