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miércoles, 6 de enero de 2016
Reloj de arena
Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.237-
Monserrat Morales
Poeta de México, nacida en Puebla, el 31 de enero de 1987. Estudiante de Lingüística y Literatura Hispánica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Algunos de sus poemas aparecen en la antología Moebius: Memoria del Encuentro 2010, poetas nacidos en los ochenta, además ha publicado en revistas y periódicos de circulación estatal. Coordinó varios números de la Revista de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras "Cuatro patios" de la BUAP.
"digamos que soy tú, que aparezco
en las pesadillas mordiendo tu boca
destrozando tu casa y habito contigo
desnuda y sin ojos"
RELOJ DE ARENA
I
estos vicios no son míos,
son de aquellos que han pasado por aquí
y de otros que detuvieron mi mirada y mi aliento,
estos vicios no son míos, lo juro,
pero han aguzado mi oído
he descubierto el chasquido
el instante del instante
este no ser yo y buscarme en todos lados
no es cosa mía,
me han vaciado de mí
como agua que cae de un jarrón tal lleno
estos vicios no son míos
alquien los ha puesto aquí
ahora soy un péndulo
y mezo estas noches sin sueño
II
una danza evoca silencios
silencios que de tanto pensar
combinamos con llanto, whisky
y acariamos las heridas,
gatos mansos y malditos
III
la noche ya no es la noche
es la otra orilla del mundo donde
vemos con calma los arañazos del destierro
del abandono
de la muerte injusta
el tiempo -para entonces- se ha llenado
de polvo y el mundo
gira la llave
en un rato intentarás recordarlo todo
de nuevo cuenta lo destruyes.-
SILENCIOSA MARCHA
Digamos que me pierdo como manglar herido
cuántas veces he huído y regreso a casa
siempre más rendida
cuántas veces he querido sembrarme un hijo
en las entrañas
y sembrarme en el agua para callar
me desvisto como río
vivo sobre la tierra
y mi isla se desliza sin remedio a la tarde
donde estrené mis ojos
cuántas noches sola te escupí en la cara
la negra estepa
cuántas veces estuve a tus pies para decirte todo
lo que no te dirán
cuántas el agua no me alcanza
y el destierro vuelve a mi boca
mis raíces las eché desde el vientre de mi madre
nadie me miró sirena
mi llanto no pudo desprenderte de una loca
ni una loca pudo desprender el llanto seco
cuánto río se acopló en estos mares
con la piel joven de una cascada anciana
cuántas veces caminé sobre tu calle
para toparte de frente
encontrarte
salvarte
pero me has clavado en el altar pequeño
donde siempre vuelves para pedir perdón.-
No tengo hábitos sanos
ni he aprendido a reír ni a conversar con nadie
Jaime Sabines
Digamos que desperté de mí hace unas horas
encontré un cuerpo de mujer con manos desbaratadas
digamos que la mañana me cubrió con su frío
y las calles se llenaron de polvo
que antes de hoy no he amado
que mi sueño fue ayer y su entierro es de falsas luces
hoy me veo desnuda
sin anteojos
digamos que la noche me convida el mar en gotas últimas
y sagradas
uno se mira ante el reflejo de lo opaco
uno se mira
se rechaza
en cada esquina se busca
son bramidos mis manos
vengo arrastrando los siglos en las pestañas
la maldición dictada por todos y por nadie
la ceguera de mi última cena
digamos que mis padres son otros
que mi tiempo es este tiempo
donde las estaciones pasan dejando marchitos
frutos con olor a brisa fresca
este dolor no es el final
este dolor acomodado en el respaldo de la silla
me levanta a beber el humo de la madrugada
esta soy yo
con la vida entre las piernas
con el deseo entre las piernas
y entre las piernas el corazón
Me detengo herida
desnudo el camino angosto que llega a ningún sitio
hay que quitarnos la ropa
vernos completos
-aunque esté mutilada
aunque la tarde me quite los años
aunque el silencio me quite la boca
escucha la silenciosa marcha de mi cama a tu isla
digamos que esta soy yo
la que despierta con un hueco de entierro en la cara
los manglares se mueren en mis ojos
al mar llega oscuro el rostro de la muerte
y digamos que camino sin cansancio
ya les dije que desperté hace unas horas
no disculpen mi somolencia
no lo voy a repetir
sólo desnudos somos nosotros.-
Monserrat Morales
Imágenes: Pinturas de Jacques Émile Blanche (Francia, 1861 - 1942)
quiquedelucio@gmail.com
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