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lunes, 19 de marzo de 2018

Yo le diré


Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.







Publicación N° 1.979-


                                                                                                                                      Hugo Montes

Poeta, ensayista y crítico literario de Chile. Doctorado en Filología Románica en la Universidad de Friburgo, Alemania y Abogado por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Fue Premio Nacional de la Educación 1995. Ha escrito más de 50 libros y cientos de ensayos. Fue director de la "Revista Chilena de Literatura", Miembro de Número de la Academia Chilena de la Lengua desde 1965. Entre sus libros de poesía, se destacan, entre otros, "Plenitud del límite" (1959), "Delgada lumbre" (1960), "Alto sosiego" (1964), "A manos llenas" (1972), "Poemas" (Editorial del Pacífico, 1973), "Oficios y homenajes" (1974), "Obra Poética Mar del Sur" (1981), "Amanecer del Pomaire" (Barcelona, 1983), "Claridad humana" (1987), etc.


                                                                                                     "cotidiana de luz, traes la pura
                                                                                                      claridad de vivir al alba fría
                                                                                                      y todo en tu costumbre se inaugura;
                                                                                                      la casa ya no es nombre, es poesía"   

   








YO LE DIRÉ

Yo le diré "ésta es tu casa, la
mesa es esta en que esperaba, aquí
te sonreía, ¿lo recuerdas?, el libro
ahora terminado y estas lilas".

Yo dispuse este cielo para ella.
Al alba lo medí mientras dormía.
Le inventé tanta fragancia, la
dulce transparencia en que reposa,
y el río virginal eché a correr entre los campos.

¿Qué más, amor, qué pura
esquina necesitas, qué silueta
de voces, qué llamada?
Converso yo para que escuches y
el eco guardo de la fruta crujiente,
del radiante cuchillo en la verdura.

Mas la tarde también yo la acumulo,
porque sé que hay sombras en el mundo
hay sombras, amor, que venceremos con
el alto fulgor de la palabra.
Y es tu nombre, y lo diremos, la palabra.

Cuando todo esté, cuando
la mano y lo que entrega,
yo le diré, yo
te diré,
y la casa habrá de abrirse y,
las puertas cerradas, el amor conoceremos.-



ELLA

Es silenciosa, ensimismada,
como espacio de mi voz,
como el aire que absorbo si respiro,
la forma mía es si me recojo,
el hueco de mi mano en las mañanas,
la brasa lenta de unas tardes tristes,
y brisa habrá de ser por el verano o
junco o mimbre, esbelto tallo,
como línea de precisos campanarios.

Se sonríe
y su sonrisa al silencio se prende
de los álamos cimbrados,
al vaho de los surcos más recientes.
Yo la dejo pasar entre mis dedos
a la recóndita penumbra de la infancia;
mi breve historia ahora iluminada
da en futuro
tranquilo esfuerzo por el ser seguro.

Así es y yo la quiero
y le digo quedamente
"te esperaba, lo que eres,
todo canta, el
cielo, el muro, la montaña".-



EL MENSAJERO

El día amaneció tan mensajero,
tan ala azul al aire transparente,
fue todo claridad tan de repente,
que no pude callar lo que te quiero.

Lo principal, amor, es que el alero
de este día nos cubre juntamente,
que por el mundo su rumor de fuente
va diciendo que soy tu compañero.

Es tan fácil ahora tu recuerdo,
al objeto más simple encomendado;
hasta en la sombra por la luz me pierdo,

sumido ya en presencia mi cuidado.
No es esperar mirar hacia las cosas,
que en ellas invisible tú reposas.-



TRANSPARENCIA

El árbol nadie que no dice nada
en el jardín de nadie crece y canta;
nadie lo escucha, nadie, sino el agua
y allá en el aire -abierta- una ventana

por donde nadie asoma y nadie llama:
la transparencia impuso su mirada.
No es paisaje el paisaje ni es la casa
el sitio en que se juntan hombre y plaza.

Al fin quizás no hay más que la esperanza
de ver un día lo que hoy no pasa
y no puede pasar. Todo es distancia

de realidad y apenas -siempre escasa-
la cosa existe sólo en la palabra.
Se salva así la nada, por nombrarla.-



REPARTES DE MAÑANA

Repartes de mañana la blancura,
los sabores repartes, la alegría;
y en jornadas de ropa y de dulzura
por tu mano sin joyas viene el día.

Y cuando por la tarde, reclamada
del sol vas declinando, paso a paso
a la quietud te tornas silenciosa,

recoges cuanto existe en tu regazo
y todo en tu silencio se reposa.
Así será el amor, si tú mi amada.-



                   
                                                                                                                                 Hugo Montes





Imágenes: Pinturas de Pierre Bonnard  (Francia, 1867 - 1947)







quiquedelucio@gmail.com


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