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martes, 6 de junio de 2017

La fortuna

Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 2.000 escritores, respetando el derecho de autor.





Publicación N° 1.715-
                                                                                                           
                                                                                                                  Giovanni Ibello

Poeta y periodista italiano, nacido en Nápoles en 1989. Se graduó en Jurisprudencia en la Universidad Federico II. Desde enero del 2012 está inscripto en el registro de periodistas acreditados de Campania. Es redactor de "Words Social Forum" (Centro social del arte). Ha publicado sus poemas en la web y también análisis crítico en los principales lit-blogs italianos. Su primer libro "Turbative siderali" recientemente ha sido publicado por Terra d´ulivi edizioni. Los siguientes poemas fueron traducidos por Alejandra Craulus Bretón.


                                                                             "prefiero celebrar esta lenta eutanasia
                                                                               con el cuerpo aperlado de sudor
                                                                               y los ojos exorbitados sobre un prado
                                                                               de estrellas radioactivas "











LA FORTUNA

La verdadera fortuna es ser cuerpo que vive
y con el cuerpo sentirse escudo. Piedra que calla.

Pero la espalda está despedazada
por una luz blanca que se forja materia
sólo el aire cubre el peso de la ausencia.

¿No ves? Un banco de niebla sutil
que envuelve las manos, estrechas en plegaria.

Es un incito sin paz de aurora
tu voz que me llama:
¿Cómo te explicas el pulsar de una llaga?

II

Aun es de noche. No hay tregua bajo los olmos,
sólo el esencia de mi semen cuando era un chiquillo
y un vagar de gatos callejeros, sin nombre.

Pero yo no sabía entonar el réquiem de los muertos
el rostro agotado de un hombre que ha perdido el amor.

el hambre de las ratas, la paciencia de las arañas,
que hilan grecas en la garganta
que separa el cemento de la arena.

No todas las heridas cicatrizan.-


***

Si viene a interrogar un rastro medio quemado,
lo hace impulsado por un atavismo o más bien
una técnica celosamente guardada.
Ha tejido el poema en secreto.
Meses de retiro en el desierto,
a merced de los vientos,
con el fin de ajustarse a la tradición.
La dureza del eco inicia a través de rupturas tonales.
El alejamiento diluye la sangre
Es entonces cuando la fragilidad del ritmo
se descubre junto con
un repentino miedo a la oscuridad.
No dirá nada sobre el escalofrío
en la audiencia o la rareza
de las visiones. Imágenes de sonido empujan...

Él se erige para evocar la situación.

La circunstancia es banal en contraste con las
palabras que la describen.

Una entera puesta en escena retórica
para evacuar el mutismo de las cenizas.-




UNA AUSENCIA

"Dime que voz tiene el dios de los desiertos"
"Que te queda de esta noche"

Los temporales en los espejos
y ningún espacio vital
más allá de la curva del sueño.

"Muda de piel que no regreso"

II

Tu la llamas deriva
yo digo que no hay plegaria
más grande que el mar.-



BASTA CANCIONES DE AMOR

Has soñado el cisma de los santos
el misterio de la cherna hermafrodita.
Has soñado
la virgen de las dunas
y vinagre para los antílopes errantes.
Cuando te veo dormir
la noche perfuma de naranjas.-



DESPUÉS DE LA LLUVIA

El diafragma
se encuentra bajo el arco del día,
¿la vez
la última bocanada del sol?
Éste es el anatema de la tierra,
       la desnuda prisión
de un costado.
El iris
        el argento negro
en el vacío de los huesos huecos
       se resuelve
la ecuación del vuelo.-


***

De aquello que soñabas realmente
no queda más que un silencio sideral
un lento descorrer de las estrellas
en charcos y filamentos de oro,
el centellar de las sirenas encendidas
sobre los muros agrietados de las casas.
Así que duerme, no ves y hace falta
el teatro espacial de las sombras
El deseo es el último desencanto.
Pero cuantos gatos se aman de noche
mientras el agua cincela
en las alcantarillas.-




                                                                                                                 Giovanni Ibello



Imágenes: Pinturas de Federico Andreotti     (Italia)






quiquedelucio@gmail.com






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