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miércoles, 1 de marzo de 2017
Memoria
Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.800 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.634-
Mercedes Alvarado
Poeta de México, nacida en Ciudad de México, en 1984. Es autora del poemario "Apuntes de algún tiempo" (Verso Destierro, 2013) y "Cuerpos Ajenos" (Editorial Factor, 2006). Parte de sus trabajos se ha publicado en revistas y periódicos de su país y en Portugal y Noruega. Fue reconocida, entre otros, con la Mención Honorífica de los XXXVI Juegos Florales Margarito Sández Villarino de Los Cabos, en el año 2008.
"A veces uno vuelve
y la ciudad es un montón
de calles de gente
adulta de edificios"
MEMORIA DE LAS CAÍDAS
Y yo no era yo
ni la sombra
ni mi luz
ni mi noche.
No eran mis ojos sangrantes
en el dibujo.
No era grava encarnada.
Esa memoria de lápiz
nunca coloreó mis formas.
No era la mancha
no el papel carcomido.
No era yo
ni mi sombra
era una copia de mi cuerpo
en otra historia.
***
Esta niña duerme con un reloj ruidoso
y despierta pensando que la luz
no alcanza motivos para despertar.
He sido pasos de mujer
corriendo
hasta hacer de la voz un muro
luego fui quien salvó
en el miedo por conocer
una calma nunca vista.
Entonces volví a quien había sido
al tiempo que perdí el tiempo.
***
Los escalones del puente que subo
huyendo a casa por la noche
son los únicos que saben los horarios
de los amantes que no pasan por ellos.
La sombra de una mujer que no soy
se hace una luz que hiere
en cada paso más dentro.
Sin que la mano llegue a ellas,
miro las piedras de mí.
Me falta un rincón donde el mundo vea
una intimidad no conocida
la palabra que se sabe
intuida fatal risueña;
una niña que cuidar cuando se oculta.
***
Las baldosas están cubiertas
y los tejados
los quicios de la ventana
el copete de los arbustos
la escalera hacia la biblioteca
las bancas del parque
las bicicletas en el patio
los árboles
las calles que dan al puerto
las casetas en las paradas del bus
el punto de espera en el muelle
la ciudad entera es una sola capa
antes de los peatones.
***
No sé si sepas que los días siguen pasando
que se nos han acumulando los minutos
que tus hijos van creciendo
y a tu mujer se le hace honda la mirada.
Has de haber recolectado historias
-también tú-
de ésas que se quieren contar un día
-sin urgencia-
cuando la gente pregunta qué ha sido.
Es que el tiempo se hace
entre nosotros
como un muro al nombrarte:
David.
***
No te pido que vuelvas
-a quien se le ocurre que volver
es un acto posible-;
no se puede andar sobre uno mismo
si acaso dejar
la sal
en el camino
para que el hueco propio
nos hable de algún tiempo.
Por eso, David, no creas
que volver es una forma de hallarnos.
Ya nadie es: dejamos de sernos
tan pronto íbamos sucediendo.
Todavía no aprendo la guitarra.
Tu padre sigue hablando fuerte.
Mikael no ha dejado de comer.
Pero no, David, no trates de volver:
no estamos en quienes fuimos.-
Mercedes Alvarado
Imágenes: Acuarelas actuales.
quiquedelucio@gmail.com
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