Sexto año de una antojadiza antología de la pesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.600 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.611-
Corina Oproae
Poeta , narradora y traductora, nacida en Fagaras, Rumania, en 1973. Se licenció en filología inglesa e hispánica en la Universidad de Cluj-Napoca donde inició su actividad docente al terminar la carrera. Desde 1998 reside en Cataluña. Escribe poesía en español, traduce del rumano y del inglés al catalán y al español. En 2016 publicó el poemario "Mil y una muertes", escribe, entre otras, en las revistas literarias Tribuna y Echinox, de Transilvania. Ha obtenido el Premio Cavall Verd de Traducción poética 2013 , el Premio Marin Sorescu en 2014 y el Premio Jordi Domenech del 2015.
"somos palabras que llenan vacíos,
sin antes y sin después, hemos dejado fuera
toda esperanza, nos volvemos pájaros,
pájaros con alas de cristal que se desploman"
COINCIDENCIAS
Ayer
llegué a tu casa
y me encontré a la muerte
enganchada a tu rostro.
Supe disimular la sorpresa de la perfección
y conseguí que nuestra cita fuese bien,
como siempre.
No era la primera vez,
he de reconocerlo.
De ahí mi ensayado disimulo.
Nos habíamos visto
en diversas ocasiones,
en varios escenarios.
Recuerdo la primera.
Agazapada contra el cuerpo de un desconocido.
Me escondí apresurada
dentro del corazón o del cerebro
de un pájaro en vuelo
y milagrosamente, al salir
todo siguió como si nada hubiese sucedido.
También recuerdo la segunda.
Se había subido al mismo tren
que yo tomaba en el andén de mis sueños
y perseguía a todos los que la reconocían.
Hice como si nunca la hubiese visto
y aquella vez coló también.
Hoy,
inmóvil,
espero delante del espejo
pero no me atrevo a mirarme.-
ADICCIONES
Hay adicciones a todas las cosas
que han sido inventadas hasta ahora,
me dijeron.
Hay adictos a sí mismos,
adictos al fondo del mar o a las montañas,
adictos a la cercana lejanía del sexo,
adictos a la combinatoria de la mente,
adictos al chocolate, al té negro o al café,
adictos a la luz de luna,
adictos al jabón en pastilla,
adictos a las frases sin acabar,
adictos a la enfermedad.
Durante un tiempo los expertos me incluyeron
en esta última categoría.
Hace poco han descubierto
que mi adicción es a la muerte.
Además, según parece,
es ella la que me ha inventado
a mí.
Desde que lo sé
me sorprendo cada día anhelando su compañía
y procuro no morirme
para poder embriagarme
día tras día.-
XI
Deja que irrumpan volcanes en tu interior
deja que las palabras se intercambien letras,
sílabas y así te nazcan dentro mutantes,
monstruos, maravillas, milagros.
Luego apágalos con la tristeza
de una ausencia infinita o con alguna felicidad
instantánea, con el recuerdo
diáfano que guardas en aquel cáliz de lirio
o con el futuro esquivo que descifrarás
en aquella mirada.
Brotará después la mirada,
nítida y llena de sentido, la palabra
que nunca viene de la nada,
la palabra que permea el vacío
la palabra que es la sangre del espíritu.-
PORQUE NO ES TUYO
No sabes acabar este poema
porque no es tuyo.
Te llegó un día lleno de amapolas
calladas, exangües y ausentes.
Se te posó sobre los ojos
como una mariposa despistada
y te cegó,
pero sentías sus alas
tambaleantes, aturdidas, lejanas.
Hoy, su aleteo ilumina tu ceguera.
Te habla en una lengua extraña
hecha de un silencio infinito
como un campo de trigo verde
dormido bajo el sol.
Te confiesa que hay muertos jóvenes
que aún pueden oler a tierra húmeda,
muertos que viven abrazados en la hierba,
felicidades amargas que palpitan
bajo la piel del olvido,
últimos y sagrados deseos de inocentes
desaparecidos en alguna de tantas guerras,
o un hambre atávico que se filtra raíces abajo
junto al olor a pan recién hecho.
También te confiesa que hay muertos viejos
que ya no pueden oler ni recordar olores,
muertos que se han vuelto materia
en descenso hacia el centro de la tierra
donde toda la vida que hemos sido
se reduce a un punto ínfimo
que todo lo contiene.
No sabes acabar este pema
porque no es tuyo.
Es el poema de todos los que han vivido
muerte y vida voluptuosamente,
los que saben que la tumba
es el único espejo que siempre
te devuelve el mismo rostro.
Un poema que sue desde
las entrañas de la tierra,
deseando tiempo y espacio,
se posa sobre tus ojos
-efímera mariposa cegadora,
y te pide desesperadamente que lo continúes.-
***
Somos cuerpos que llenan espacios
milagros en vida
nos volvemos densos muy densos
y llega la muerte y nos trae el vacío
de antes del cuerpo,
el vacío ahuyenta el espíritu
y deja que nos crezcan alas hacia adentro,
alas que se doblan pacientes
a la espera de un vuelo posible,
el vacío desvía las lágrimas,
las desliza hacia adentro,
hacia valles imperceptibles,
lágrimas que inundan en su camino
las piedras rugosas de la memoria,
el inconfesable vacío de antes anuncia
el tangible vacío de después
y en medio,
en la densidad,
somos la contundente premonición del final.-
Carolina Oproae
Imágenes: Pinturas de Tina Berning (contemporánea)
quiquedelucio@gmail.com
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