Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.500 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.558-
Mónica Reveles
Poeta y narradora de México. Licenciada en Administración por la Universidad Juárez del Estado de Durango y Maestra en Administración por la Universidad de Phoenix (Estados Unidos). Es miembro de la Sociedad de Escritores de Durango. Autora del libro de poesía "Granos de arena" (1995) y "Por el camino de Eva" (2002) y más de diez poemarios inéditos. Publica en periódicos y revistas literarias locales y nacionales como Cordillera, Contraseña, Mala Vida, Mensajero, Artificios, Letra, CantaLetra, etc. En dos ocasioes ha sido becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. Fue incluida en numerosas antologías como "Mujeres en su tinta" (2011), "Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes" (2001 y 2015), etc.
"En un hielo
se agita el licor invencible. Por cada gota
saciada en la sed sonámbula guarecida de su lluvia
una noche grave de lira incendia el reencuentro"
SED
Sed eterna de ti,
no hay cáliz que me sacie,
más allá del licor de tu cuerpo, sed de ti.
Caminar, volar, nadar,
estos refugios más allá de tu ser, me dan sed.
Sed de ti,
amargura del aliento meditante,
en la oración que encrudece y controla.
No hay más que seguirte
en camino de lobos,
entre renglones de libreta pautada,
a esta libertad que corroe
por los caminos inexplorados de otras mentes.
Sólo quiero tener sed de ti:
para no huir al vacío,
por seguir siendo yo misma
y no volver al azar.
Encontrar el manantial de ti
soy en mí.
Sed de ti,
reflejo de la sed mía.-
LOS PÁJAROS
Él brilla de noche cuando todo es oscuridad.
El telón cae:
mira su lado izquierdo: y se aparece el diablo.
Noche de luna: dos pájaros sedientos iluminados
se rodeaban para elevarse.
Cada uno con su farol,
deseosos de la sombra del otro,
con la ropa oculta, manos cómplices
y subieron a la nave donde se olvida todo
y la vida es eterna:
cuando los besos profanos ingresan
al laberinto de las ropas
y las caricias húmedas están listas para
el precipicio.
Y el juego de los veinte dados describe una historia
en luz de luna para el pantlón
donde crece la llama de las auroras.
Eran solo pájaros,
y volaron iluminados uno en el otro.-
FIESTA DE LOS SENTIDOS
Hoy mis sentidos hicieron fiesta al escucharte
en el alboroto de tus sonidos comenzaron con
luces, confeti, música y sexo.
Y me enredé de luto en tu presencia
con un vestido negro me tatué
para que no percibieras la dicha que galopaba por mis venas.
Me llené de símbolos para despistar
el estruendo de la fiesta.
Y al final
con tu sonrisa
una palabra,
y tu mano en la espalda
desvestiste toda la orquesta.-
MARIPOSAS EN LA LUZ
Este delicioso placer, profundo
donde la boca aguarda los deleites
sabe en su hoy que las nostalgias son ave fénix.
Muere el bien amado en su careta,
cae el vestido hipócrita de los reyes:
por fin del mundo me libera
de pasadizos, misterios, lujurias, redes.
Ámame
en la estación violenta,
del juego acelerado de ir y venirse de bufones.
Sea el cuerpo nuestro refugio próximo,
rodeados, protegidos,
mientras escribo
un canto que me despierta
de las pesadillas próximas,
y alimenta con la sabia dulce.
Mientras bailo ante la esencia tuya:
de entrega,
cede el mundo de fractales
compone una nueva sinfonía
en su propio enigma,
en su extrañeza,
en la individualidad que ansío.
Este delicado placer que cedes,
y provoca manantiales,
ha desatado la furia de las mariposas
que se amontonan por el vientre que exploras.-
LA CIUDAD NUEVA
Él me llevó a recorrer la ciudad que cambió domicilio,
la que se olvidó de mí, así como yo.
Me gustó visitarla con sus nuevas luces
y habitantes ensombrecidos,
deshilados, profanados en su novedad.
Mientras dormía en la torre de cristal, entre papeles y silencios,
cubiertas por cobijas de cartón aislante,
aparadores de ilusiones, y una que otra estrella en la mano,
no vi cómo se mudaba lejos,
inventó caminos para que la siguiera, -si quería-,
me dejó la puerta abierta
y amablemente se despidió
diciendo que me amaba.
La ciudad,
emparejó sus gritos y los hizo música tecnológica,
ciudad de espectros, batallas en espejismos,
victoria en líneas de luz.
Ya no estoy junto a ella,
no voy a sus parques alumbrados
ni recorro estaciones de curadores de color.
La miro desde el balcón
mi dolor oculto la recorre,
se alejó de nosotros porque nunca nos perteneció.-
Mónica Reveles
Imágenes: Pinturas de Arnold Henry Mason (Estados Unidos)
quiquedelucio@gmail.com
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