Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.158
David de Dorian
Poeta y editor español, nacido en Madrid en 1979. Especialista en Comunicación y Arte. Ha publicado el poemario "Nanas de la Ciencia Ficción" (2013), muchos de sus textos han aparecido en antologías de poesía joven y en la revista Retratos Himnóticos. Desde joven participó en el aula de Poesía del Instituto Ramiro de Maetzu y creó la editorial Nanas Ediciones Clandestinas, donde publica los trabajos de distintos poetas y escritores. Su último poemario, hasta la fecha, es "Nocturno Canto del Edén" (2014).
"Del árbol de la ciencia se balancea un cuerpo.
Vivir había sido bailar borracho a la luna
una danza sobre la punta de un alfiler.
Del árbol de la ciencia solo quedó una astilla"
EL LATIDO ROTO
Amanece en las líneas del cielo
y el silencio es una sinfonía rota
que nadie quiere escuchar
¿Cuánto tiempo contemplará el sueño
las dunas y labios de celos
de esta gris ciudad?
Y si vinieras conmigo
pintaría los portales de besos
destrozaría el marcapasos del tiempo
robando el sol para los dos
Se desvanece en la pupila del cielo
el secreto de una nube triste
que escribe a tientas tu pluma dorada
El deseo se hizo con yeso
para que algún artista ciego
esculpiera en ello fuego y palabras
Y si vinieras conmigo
pintaría los portales de besos
destrozaría el marcapasos del tiempo
robando el sol para los dos
y este latido roto
volvería a sonar como un tambor
Y si vinieras conmigo
borrarría el tatuaje del miedo en mi piel
escondería la luna en tu cama
para que soñásemos despiertos
Y si vinieras conmigo
pintaría los portales de besos
destrozaría el marcapasos del tiempo
robando el sol para los dos
y este latido roto
volvería a sonar como un tambor.-
CREYENTE
Lo que no dice tu boca tus ojos lo delatan
y lo que no arrojan tus ojos es mortaja, tu mano
sobre la mía como aferrándote a la certidumbre
de un leve ardor en su carne,
de que este cuerpo no vive aún para la tierra
y la inmensidad fría
de un camisón azul con el que se lucha
evitando la exhibición de la azotada espalda.
Tú llevas en los hombros la desdicha
de todos los siglos,
tú has tatuado este collar de la memoria,
abrochando con su macabra autonomía,
en la espina dorsal de tu existencia.
En el sosiego pegajoso de esta sala
en la que de alguna manera la vida escapa
a la sombra y un dolor de todo tipo
proclama su evangelio
la herida es un castrati tartamudo
exhalando mil fantasmas.
El toque de queda anuncian,
con esos monstruos de ojos celestes
devoraré la madrugada.
Y tú debes irte
sin persistir en las uñas del zarpazo,
que la anestesia cumple
y mi sangre es ártica esta noche.-
LA SOMBRA DE KAFKA
Los soñadores tienen su epílogo en los puentes
y sus ilusiones arrastran la suciedad
de las ciudades atadas a la cola de un perro loco.
Perder el miedo es perder la vida, movilizar
los sentidos en pos de la cuerda floja
sin advertir el vértigo brillando en la cuchilla.
Nunca pensé que tu figura
no hubiese regresado
de aquel puente de Praga.-
SIRENAS
Atado al mástil de la noche
le susurra una canción
al ángel disecado de la ausencia,
la distancia llora música de piedra,
entre sus notas el veneno
fermenta su espuma de sombras.
Esa voz tiene alas de cera
y un beso de alcohol en su timbre.
Y tú caerás en la trampa
como poseído por un vate,
rezarás salmos etílicos
a una luna de sangre, nombrarás
al rey de tus fantasmas.-
TERAPIA DE CHOQUE
Me han dicho que aún existes
me han soplado los lugares donde sueles esparcir
la ingrata soledad que tus muslos dejan
tras la victoria del deseo.
Sería imposible reconocerse en el desierto
lejos de las leyes de aquél lienzo de El Bosco
sería una locura regalarte
la certeza de mi espectro
irrumpiendo en tu luna de escayola
para salpicarme de tus pupilas
con la baba del demonio
cuando escuches rugir los dedos de un piano
sobre tu espalda y te des la vuelta
y amanezcas, y preguntes
"¿Por qué no te has muerto todavía?"-
David de Dorian
Imágenes: Pinturas de Joan Dumouchel (Francia, contemporánea)
quiquedelucio@gmail.com
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