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sábado, 15 de noviembre de 2014
Atención musas !
Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.
Pedro Salvador Ale
Poeta argentino nacido en Jujuy en agosto de 1954. Naturalizado mexicano desde 2003. Estudió Filosofía y Letras. Ha publicado, entre otros, "Arado de carne y hueso" (1978), "Retorno a la ternura" (1979), "El hombre habitado" (1980), "Reclamo de vuelo" (1981), "El corazón en la red" (1982), "Sobre las cicatrices del tiempo" (1984), etc. Obtuvo varias distinciones como el Primer Lugar en el Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer del gobierno de Tabasco, México.
"No sé que pueden envidiar los dioses
a los hombres,
si el poeta sufre lo adverso
como un guerrero"
ATENCIÓN MUSAS !
Un poema no se escribe para una mujer, aunque lo motive:
si dices mirada no importa desde qué ojos,
son todos los que viste y te miraron desde siempre,
si pronuncias manos o muslos o labios son aquellos
que cumplieron, y si hablas de caderas son esas tardes,
noches, madrugadas plenas; aunque todas tengan distinto
nombre, país, edad, sean hadas o brujas o las dos cosas,
no por machismo o por igualdad lo son, no por estatura,
humores o gordura, no por permanencia o por méritos en
días, meses, años, no por fieles o infieles, malas chicas o
por deseo o sin él, ni por dinero o sin él, por ser parte de tu
vida o no, el poema aunque lleve señal, carta, destinataria,
es para una y todas, porque no eres otro, sino el mismo,
el que las amó, el de lo vivido, el que escribe esas palabras.
FUGITIVA
A ella la quise como sólo el yo sabe hacerlo,
ese espejo que se repite por el recuerdo;
yo en movimiento, demandante, abandonado;
ni posesión ni soltura resultaron: ella era el
personaje irreal pero hiriente, inapresable por
no ser; el yo incondicional no pudo, ella será
lo que no amó o no supo en otros brazos yos.-
BORGEANA
Prometer pueden los dioses,
ellos tienen la eternidad
para cumplir lo prometido;
mas, si te quedas esta noche
con la promesa del instinto,
dejarás en la cama algo de lo
inmortal.-
LA DANZA DEL GUERRERO
Luna en la memoria, no es polvo
si bebes
el resplandor: el delirio no se
derrota: extingue a la muerte, el
instinto nada sabe, ni supo ni sabrá:
vive.
No vale la máscara, el polvo de la idea.
¿Dónde el sueño si no hay rostro cierto?
Sólo el pensamiento de alguien que ya murió.
Y aún baila.
El tacto lúcido, la lengua un instante
cierta.
Distancia es la piel nunca entera. Siento
quemar el río en los labios. Soy.
Otro cielo el ser. Otoño arruga del mundo.
La sed que no se cumple, la razón niega
lo que la mano desea. La luz se tiende
al celo. La caricia percibe las orillas
de la muerte.
Mujeres he visto nunca una cintura como la tuya
perfecta al ángel de mi deseo
jamás la vértebra dócil de tu espalda a pesar
el otro cielo
pechos que apunten así a la muerte
muslos de vértigo en espera del potro suicida
no me existirán tus ojos en otro ombligo
no tendré la brasa íntima en que soñaron mis peces:
¿qué tesoro busca el mapa de tus pies?
¿ en qué sábanas con mis manos amas lo que no fue?
¿tu desnudez de pájaro ciego anda por dentro
su mar?-
PAULA
Paula es madura como el árbol de manzano,
bien plantado, bien crecido, bien frondoso.
De pronto sabe que lo hermoso es en sus
ojos, algo que se extiende por sus labios,
por sus cabellos largos como esperanza cierta:
signos de que le viene un misterio.
Su ombligo retiene sueños de la noche anterior,
vuelan en arcoiris por el barrio,
salen de su memoria sombras animales.
Qué mujer nace, con su fervor por delante,
ya sin rabo de maldad,
florece en sus entrañas el hijo aún en espíritu.
Nada que hacer para el dolor
el pasado en arena, eso es más que tarde de
repentinos encuentros,
más que consuelo pobre,
más que abundancia de naranjos en flor:
todo lo que sale de ella mueve
las cosas de otro modo.
-Qué hora de mi cuerpo sin falso acontecer o
fantasmas caprichosos, no me importa el destino
de mis labios si ya besaron la muerte,
no hay congoja,
ni vergüenza ni perdón-
Pedro Salvador Ale
Imágenes: Pinturas del artista John William Waterhouse (1849 - 1917)
quiquedelucio@gmail.com
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