Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.
Elvio Romero
Poeta paraguayo nacido en diciembre de 1926 y fallecido, en Buenos Aires, en mayo de 2004
"Quizás empezarán contigo
a renovarse las hojas
con que me abrigo y te abrigo.
Y a reinventarse el lucero
ese brillo enamorado
del bosque de tus cabellos"
EL AMOR
Sí,
Hoy me he puesto a encender el viejo fuego.
El azar y los años
me han llevado a pisar en el sendero
que me ha impuesto el amor;
que mi adorada
impuso a mi corazón; ahora vuelvo
al fervor inicial, a esa primera mañana
en que el sol se ha instalado en nuestro pecho.
Y así las cosas:
la canción, la plenitud, el deseo
me han alumbrado el rostro, se me a ceñido
como un pañuelo verde sobre el cuello,
y entro en la casa del fervor como antaño,
asombrándome al ver reverdecer los sueños.
Es como si hubiesen atizado
a mi sangre el verano, la intemperie, los vientos
cordilleranos, o inundando sus cauces
un enérgico brío de panales repletos.
Los brazos encendidos al apretar sus brazos,
las dos manos cargadas de un esplendor secreto.
Sí,
porque mi corazón no descansa en la noche,
hoy me he puesto a encender el viejo fuego.-
CANTO EN EL SUR
Esta noche, en el sur,
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
de piel morena , oscura, oscura,
con estrellas metidas por dentro
y por fuera sudor, cáscara ruda.
Tengo la sangre hirviendo
como un sinuoso trueno derramado,
tengo las manos ásperas
como herramientas duras y soleadas;
tengo los ojos lúbricos
como lúbricas raíces.
Esta noche, en el sur,
me he mirado en tus ojos.
Te vi ayer en el norte;
vi en el norte lo mismo, el mismo
y primario dolor sobre los cuerpos,
el aguardiente galopando a sorbos
y lo demás lo mismo: el mismo
brazo sudando a contraluz, sangrienta.
El mayoral que brama entre los árboles
los mismos ojos sin calor, la misma
temblorosa epilepsia del sudor,
los mismos exprimidos,
¡los mismos coronados!
Esta noche, en el sur,
me he mirado en tus ojos.
Soy como tú,
la misma turbulencia contra el mismo espejismo,
idéntico remando bajo la misma noche.
Conservo el sortilegio
de estas zonas arbóreas que me cercan;
tengo la risa ronca
y estas anchas tristezas.
De piel morena, oscura,
pisando en el calor exasperado.-
ALLÁ
Debe, allá, estar lloviendo;
Sin pausa estar lloviendo, lloviznando
en los bosques,
sobre las casas pobres, abotonándose
la noche y mesándose la barba envejecida
En los obrajes, allá lejos, lloviendo,
lloviznando en la noche.
Y habrá ya anochecido.
Siempre se me ha hecho tarde entre los tilos
serranos, a la hora, anochecido,
Allá lejos, cuando aún no sabía
que no fuera a volver, que se ha hecho tarde
lloviendo, anocheciendo.
En la noche, allá lejos, lloviznando.-
Elvio Romero
Imágenes: Pinturas del maestro español Diego Velázquez (1599 - 1660)
Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
Preciosas poesías que inspiran a escribir
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