Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 2.214-
Benjamín Valdivia
Poeta, dramaturgo y traductor de México, nacido en Aguascalientes, en 1960. Cursó la Licenciatura de Filosofía en la Universidad de Guanajuato. En 1983 se trasladó a la ciudad de México para cursar en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y cursar una maestría. También cursó Doctorados de Filosofía en la UNAM y de Humanidades y Arte en la Universidad de Zacatecas. Fue fundador de la revista Folios, la cual dirige. Parte de su obra, lo componen: "El juego del tiempo" (Poesía, 1985), "Demasiado tarde" (Poesía, 1987), "Otro espejo de la noche" (Poesía, 1988), "El pelícano verde" (Novela, 1989), "El camino del fuego" (Ensayo, 1991), "Indagación de lo poético" (Ensayo, 1993), "Los nombres de la tarde" (Poesía, 1994), "Los ojos del espejo" (Poesía, 2000), "Inscripciones en la piedra" (Poesía, 2004), etc.
"La humanidad es un bosque
y los árboles
estiran sus ramas
en un mar de viento"
RAPSODIA EN BLANCO
Bordado en la blancura de tu pecho
un seguimiento de hojarasca y brillo
confluye hacia tu cuello y se te enreda:
Entintas una página,
dices aquella frase,
desamparas un gesto.
El río de minutos nos persigue
dentro del tono blanco
del estremecimiento.-
SONREÍR COMO TÚ SÓLO LA LLUVIA
Sonreír como tú sólo la lluvia
o las parvadas de la más perfecta hora
entre esta primavera.
Una laguna estremecida sutilmente
por vientos iniciales,
una vertiente de origen solamente imaginado
en el más alto resplandor de una montaña.
El aire filtrado entre los juntos tiernos
o las noches de viento,
mujer,
si se encuentra uno mirando las estrellas.
La espuma primera de las olas últimas.
El giro de la palma datilera
cuando la toca el sol.
Un movimiento aprisa
de la arena de un desierto por más deshabitado
y un guijarro insostenible
que de pronto cayó.
La primera llamarada cuando se parte el rayo.
Una abeja temblando en la frontera
en este mismo cristal.
El árbol que brotó sus hojas.
Las voces enlazadas y el silencio completo.
Sonreír como tú sólo tu risa,
mujer,
para que exista en este mundo maldito
la posibilidad de una canción.-
ATERRADOS
La humanidad es un bosque
y los árboles
estiran sus ramas
en un mar de viento.
Buscan acariciar las hojas
que en la distancia los rodean.
Lanzan aromas fantásticos,
ramalazos de sombra
que alcancen otro páramo.
Mas se encuentran cavados en sí mismos,
en la tierra mojada
de sus aspiraciones.
Jamás pueden besarse
y se van secando y sus hojas quebradizas
caen como lágrimas.
PALABRAS DE LA DUDA
Tenía presagios para ti
palabras de la duda,
raíces de un árbol sin sentido
o piedras arrojadas por un tiempo negro.
Pero ayer que vi tus ojos, mujer,
todo estaba en la frontera del fuego:
armas de claridad tan específica
como lo son para los gamos las pezuñas,
el carey para el quelonio mesurado,
la luz para los tigres
o la sensación de no dudar
cuando tus ojos, mujer, me buscan
en la luna.
Ahora tengo para ti palabras ciertas,
la raíz absoluta del árbol del sentido
y piedras alisadas por el paso
del río de la vida
sobre de un tiempo transparente.-
Benjamín Valdivia
Imágenes: Pinturas de María Pace (contemporánea)
quiquedelucio@gmail.com
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