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sábado, 28 de enero de 2017

Como girasoles


Sexto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología  cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 1.600 escritores, respetando el derecho de autor.




Publicación N° 1.605-


                                                                                                            Ana María Cuervo              

Poeta y narradora, nacida en París en 1970. Con pocos años se trasladó a Madrid donde reside actualmente. Es Licenciada en Filología Hispánica y profesora de Lengua Castellana y Literatura. En el año 2015 publicó Urmuzios, escenas dadaístas de la editorial Verbum. En el 2010 publicó su poemario "Luna de agua y peces" Editorial Ópera Prima. Sus poesías aparecen en varias antologías , como Aldea Poética (2010), "Haiku" (2005), "Enésima hoja"  (2012), "Antología de Poetas Contemporáneos", "Fragmenta", "Viajeras del Siglo XXI", etc. Ha colaborado con sus poemas en la película "Historias desde la oscuridad" de Roberto Bolado, México, 2015.



                                                                                            "Sobrevuelan las orillas del mar
                                                                                             las gaviotas con la muerte aguardando
                                                                                             en sus chillidos de plata, sabedoras de
                                                                                             su imperio en el inmenso vacío"











COMO GIRASOLES

Amo.
Como girasoles.
Veo estrellas cayendo desde el cielo.
Veo un avión dejando un rastro de piruetas.
El piloto me mira
y sonríe.
Como girasoles con guarnición de pescado.
buceo en el océano buscando ostras. Escupo perlas.
La nevera vacía.
Tengo dos orejas.
Helado de fresa derritiéndose en mis zapatillas.
Como girasoles.
De tú estómago a mi boca.
Las vacas mugen en el matadero.
Tienen cables en sus cabezas.
Llueven margaritas del cielo.
Pero yo...
Yo como girasoles.-



MARINERO

Varado en el último puerto,
el marinero teje algas en la memoria
pero el mar mece las olas y su espuma.
Planea silenciosa en el horizonte una tormenta
sin rayos ni sal.
En el zafiro de un cuenco recoge la sombra del cielo,
el clamor de las aves en la herrumbre de las pestañas.
Sus piel de coral anclados en el muelle,
sujetos los huesos con nudos de maroma.
sólo queda mar en las caracolas de su rostro.
A estribor el canto de una ballena
apaga el humo de todas las batallas.
Despliega el marinero las manos a poniente,
el viento acerca el rumor de otros océanos,
perfumes de alquitrán, escamas en el aire
y comprende, pletórico el pecho
como un nuevo viaje,
cuán fácil es caminar sobre las aguas.-



CAMINANDO IMÁGENES

Una breve danza de gorrión guía los pasos
en las delgadas calles, las hambrientas plazas
de verde.
Madrid alzada regia sobre la muralla árabe
que juega en diagonal a las cuatro esquinas,
paredes sin techo al pie de la Santa Nueva Gloria.
Sobre la tuma del Alcázar
mira a Oriente un pequeño Versalles
vestido todo en plumas de colores.
Fantasmas petrificados vigilan su grandeza.
Desafiante a la caída un caballo
con sangre de oliva y equilibrio italiano.
El azul intenso del cielo
se refleja en violines y arquivoltas
ascendiendo suelos y corredoras
donde sonaron oros y cuchillos.
Sobre la voces de las mujeres
la piedra y el hierro
luchan bajo la espada del arcángel.
Entre el plástico observa frío el ojo de un pez.
Cafés, bares y tabernas,
pilares de una plaza que ya no arde.
Un soberio reloj marca la fiesta.
Su mirada se proyectamas parpadea ante los edificios.
Delante, quizá detras, la Gran Vía,
partida en dos desde el corazón:
de traje más pobre a lo largo del camino.
En las aceras altas algunas mujeres esperan.
No cesa la cacería a la puerta de los edificios.-



MADRE

En cada uno de los rincones de mi memoria
duerme el perfume de tu piel.
Mis ojos abrigan
las caricias de tus manos.
Y tus besos. Y tus abrazos.
Amazona de tu tierra salvaje
tu oscuro cabello de diosa lejana;
belleza eterna labrada en mi sangre
tu sonrisa me ata gigante a la vida.
Rizarn mis pupilas
tus cuentos infinitos
a la mesa de la infancia.
Más cuentos, más deseos.
Más azul. Más mar. Más agua.
Quiero.
Quiero sostener tus años con mi alma,
abrazarte hasta traspasarte
porque amo cada gesto de tu cuerpo
feliz y joven siempre.
Ven, madre.
Cantaremos juntas a las estrellas.
Bailaremos mágicas las mañanas.-



                                                                                                 

                                                                                                              Ana María Cuervo





Imágenes: Pinturas de la artista argentina Leonor Fini.







quiquedelucio@gmail.com


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