Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antolgía cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.286-
Aurora Munt
Poeta española, nacida en Oviedo en 1998. Ha participado en medios digitales como "Ciudades Esqueleto", "Obituario" y otros. Publicó el poemario "La luz delimita el espacio" (Stilness y Blood Press, 2015).
"Tú y yo
esa pequeña entelequia
en la que sólo alguna vez
simulamos creer"
PARA EL OBITUARIO DE FERNANDO PESSOA
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Álvaro de Campos
Soñé que mi rostro era un tapiz
en el que habían bordado
mil caras diferentres.
Soñé que mi falda ondeaba al viento
como si fuera la bandera de mi cuerpo
y los patriotas se ponían firmes a mi paso.
Soñé que era otra mi voz
y que ya no
dudaba..-
***
Por qué el dolor,
los pasos sin rumbo
en tus calles innumerables
como cabezas de hidra.
Esta mano que sesga el aire,
indolente.
Oviedo, no sabes mi nombre.
No sabes que ayer jugaba en tus parques.
Que me enamoré aquí
y luego olvidé.
Que besé alguna vez bajo los aleros.
Que la lluvia. Que la lluvia.
Que la lluvia.
Pero de esto no sabes nada.
Eres como un padre desabrido
con el pelo siempre gris
que nunca encuentra tiempo para mí.-
CENIZA
Sometida al impaciente tránsito de los cuerpos.
No hay nada aquí para nosotros.
No hay
nada aquí.
No podemos volver a encontrarnos.
Intento apagar la sed
con el amargor de la ceniza.
Jadeo sin pausa otros nombres,
palabras sin significado.
Hablamos siempre esta lengua vacía,
no tenemos nada que
decir.-
XXIV
Escribir un poema para traducir una herida
a una lengua que nadie entienda
(ni siquiera yo,
como la receta de un médico indolente)
Escribir de nuevo sobre la herida
y luego una vez más
hasta que la herida sea un borrón.
La herida como un pasaporte confuso
para viajar a ninguna parte.
Hablar del miedo en la jaula.
Hablar
del animal ante el espejo.-
VOLVÍ A LOS VIEJOS LIBROS
Volví a los viejos libros
de una infancia inacabada.
En ellos encontré
el destello desvaído
de tu recuerdo
que nunca tuve
y la sangre seca
de mis rodillas peladas
en aquel recreo
en el que creíamos vencer.-
PENUMBRA Y ESCARCHA
La habitación en penumbra.
La escarcha en la ventana.
Me muevo en silencio,
buscando mi ropa,
pero Iván se despierta.
Au, me llama.
Nunca Aurora,
siempre Au.
Mi nombre era una queja en sus labios
incluso antes de hacerle daño.
Au, me llama desde la cama,
y revuelve medio dormido las sábanas
como si me escondiera en ellas.
Yo susurro que no pasa nada,
que salgo un momento
a fumar a la terraza.
Iván murmura algo y vuelve a dormirse.
Me pongo una camiseta que no abriga nada
y salgo al frío.
Enciendo un cigarrillo
como si intentara calentarme con él.
Fumo,
fumo y me estremezco sobre la ciudad a oscuras.
Pienso durante un momento
que soy el único punto de luz
en la ciudad.
El único punto de calor.
Pero no soy yo, sino el cigarrillo.-
Aurora Munt
Imágenes: Pinturas del artista Daniel Gerhartz
quiquedelucio@gmail.com
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