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viernes, 6 de febrero de 2015

Sirena

Cuarto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.



                                                                       Calih Rodríguez

Poeta y músico de Ecuador nacido en Macas en 1988. Es estudiante de Música Contemporánea de la Universidad San Francisco de Quito. Su primer libro de poesía: "Mi patria es el infierno" se publicó en el II Festival Latinoamericano de Poesía "SumpaVive 2012". Colabora asiduamente con diversos medios gráficos y de la web en páginas de literatura.

                                                         
                                                         "Los ángeles están descuartizados
                                                          los ángeles están ridiculizados
                                                          Un río de reses trastorna su pecho
                                                          y la cera del infierno fragmenta su boca"





SIRENA

En ti revivieron todos mis delirios
Ya no fui cuerpo sino niño callado
deteniendo un mar que nace desde un sueño
Un cuento en raíces del alba
Que sólo tú finges los finales
Polen y sortilegio cayendo de tu abrazo.
Oh líquido de sal en los senos de los astros
Tu pálido ángel con piel brillante de espinas
Tú mi sed de gloria y mi oasis artificial
De cuerpo púbico en un huerto de encías
Tú mi Cleopatra que lames mi condena
En jaulas de oro y cirios de errores antiguos.
Que tus piernas/escamas señalen mi norte acuático
Y mi final quebrado de tierra
Tú reflejada y sola en un espejo negro de algas
Donde entramos desnudos
al pecado para ser dioses.
Hay que leonar la calma
y animalizar el segundo de tu cuello.
Delirante serpiente cascabel
Que blasfema los senos recién nacidos
La noche vieja no sabe gemir como hembra
Cabellera que codicia el fuego de plomo de
una sábana antes mil veces no usada.
¿Cuántos amores muertos guardas en tu sexo?
¿Esto es solo vendimia de sudor hacia tu vientre?
O nacimos juntos en esta oscura procesión
De amantes que se arquean cuando sienten
La espuma de dardos brillar en su mirada.
Ahora eres mi más grande mito
Mi más antiguo rezo que to mismo desconozco.
Has hecho el amor con un cadáver
Amante lectora de Dante y de mi infierno
Acróbata del Kamasutra de espantosa acrobacia
-gimnastas ebrios-
¿Cuántos sexos has trisado
hasta llegar a mi último suspiro?
Ya no éramos sexos sino leyendas
Suaves bostezos en amaneceres lejanos
En ti las alas dejaron su mutismo
y goberné tu aliento desde el grito
Oh beso rastrillando quimeras
Oh cuerpo en ruinas de un resbalo de naipes.
Me perderé en el ínfimo caudal de tu secreto
-Fusil en las sienes-
destrocé mi mandíbula de cera como mar vencido
por cavar aullando el pozo
invertido de tus piernas;
nunca, nunca hay oro en las profundidades.-


ÉXODO DE ARENA

Siempre regreso a la misma orilla,
Donde el mar cesa su majestad de fuego
Labriego perdido, labrador de ausencia
Soy solo arena, cualquier oleaje me destruye
Me deja sin escamas, cualquier viento...
El recorrido de tu cuerpo,
Fanal inquisidor de mi navío.
Soy solo arena, los espasmos de sal,
El mar derruido de furia,
Todo lastima mi fútil geometría.
Que quede en las huellas de mi tacto.
Gaviota de luz sin recorrido aéreo
Soy solo arena esparcida en los desiertos,
en la orilla de la espada, en la boca del fagot.
Tus pies descalzos en mi superficie antigua
el roce último de tus manos rompiendo el
horizonte alado de mis labios sin forma.
Soy solo arena incontable en tu desierto.
En tus abismos de sed, en tu mar de saliva.
Siempre regreso a la misma orilla,
a morir en la diagonal esfera de sequía,
o en el sueño oculto de la lluvia.
Recorrí los siglos del barro, para ver
la arquitectura de tu enjambre,
de tus ojos líquidos de estatua.
Mis venas son arena,
mis huesos son arena,
mi cuerpo es arena, mi sangre es arena
Soy solo arena envuelta en el sudario de la luna
sin soles en las manos, ni rostros de espinas.
El viento me esparce, me deshace,
me hace emprender un ignorado viaje,
Sin rumbo de invierno,
ni brújula de vidrio a la deriva.
Cubro el pelambre de los lobos en tu sombra de furia
Soy la niebla de polvo en las batallas.
Abrigo a los muertos en sus tumbas terrenales.
Soy alimento para los gusanos de la culpa
custodio al cadáver y me profano de sangre
Seré tu lecho de muerte, y beberé tus labios,
Y entonces serás ceniza, serás arena infinita
Esparcida en los desiertos,
en la orilla de la espada, en la boca del fagot.
Cualquier oleaje te destruirá
Te dejará sin escamas, cualquier viento...
Serás solo arena, los espasmos de sal
El mar derruido de furia
Todo lastimará tu fútil geometría
Cuervo de la noche en recorrido aéreo
Serás la superficie de uns pies descalzos.
Y el roce último de algunas manos
romperán el
horizonte arado de tus labios sin forma
En los abismos de sed, en el mar de saliva.
Regresarás siempre a la misma orilla
Y el viento de la noche te esparcirá
Por el alba y el poniente para morir bajo el diluvio.
En la diagonal esfera de sequía,
o en el sueño oculto de la lluvia.
Recorrerás los siglos del barro
Serás solo arena envuelta en el sudario de la luna,
Sin soles en tus manos, ni rostros de espinas.
Cubrirás el pelambre de los lobos en su sombra de furia
Serás la niebla de polvo en las batallas.
Abrigarás a los muertos en sus tumbas terrenales.
Serás alimento para los gusanos de la culpa
custodiarás al cadáver y te profanarás de sangre
Serás mi lecho de muerte, y beberás mis labios,
Y entonces, y al final, seremos solo arena,
Arena indescifrable, arena muerta.
Junto los dos, sin tacto, sin profundidades.-




                                                                              Calih Rodríguez





Imágenes: Pinturas de René Magritte  (Lessines, Bélgica, 1898 - París, 1967)




 quiquedelucio@gmail.com

1 comentario:

  1. me gusta y me lo llevo al blog de las sirenas, esas mujeres imposibles
    ellas se hamacan en el tan tien de la palabra poema.

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