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miércoles, 9 de octubre de 2013

La luna

                                                              Mario Rivero

Poeta, periodista y crítico de arte colombiano nacido en Envigado, Antioquia en 1935 y fallecido en Bogotá en 2009. En 1972 fundó la importante revista cultural "Golpe de dados" en cuyas páginas durante cuarenta años tuvieron cabida poetas colombianos y del resto de Latinoamérica. Fue autor de una extensa obra poética: "Poemas urbanos" (1966), "Noticiario 67" (1967), "Y vivo todavía" (1972), "Baladas" (1980), "Vuelvo a las calles" (1989), "Del amor y sus huellas" (1992), etc. Obtuvo, entre otros galardones, el Premio Nacional de Poesía "José Asunción Silva" en el año 2001.


                                            "pájaro que desciende de la cumbre
                                            nos asombra y nos llena de silencio
                                            lo que se escucha
                                            es sólo el temblor de la rama a que llega"



LA LUNA Y NUEVA YORK  poesía de Mario Rivero

Nos encontrábamos todos los días
en el mismo sitio
compartiamos versos, cigarrillos
y a veces una novela de aventuras.
Lanzábamos piedrecillas
desde el puente donde almorzaban
los obreros de la fábrica de vidrio.
Le decía que la tierra es redonda
mi tia bruja y la luna un pedazo de cobre.
Que un día iría a Nueva York
la ciudad abundante en cosas estrambóticas
donde los gatos vagabundos
duermen bajo los automóviles
donde hay un millón de mendigos
un millón de luces
un millón de diamantes...
Nueva York donde las hormigas
demoran siglos trepando al Empire State
y los negros se pasean por Harlem
vestidos con colores chillones
que destilan betún en el verano.
Iría por los restaurantes
hasta encontrar un cartelito:
"Se necesita muchacho para lavar los platos.
No se requiere título universitario".
A veces comería un sandwich
recogería manzanas en California
pensaría en ella cuando montara en el
elevador
y le compraría un traje parecido al neón...
me iba a besar
cuando sonó el pito de la fábrica.-


UN HABITANTE

Este hombre no tiene nada qué hacer
sabe decir pocas palabras
lleva en sus ojos colinas
y siestas en la hierba.
Va hacia algún lugar
con un paquete bajo el brazo
en busca de alguien que le diga
"Entre Usted"
después de haber bebido el polvo
y el pito largo de los trenes
después de haber mirado en los periódicos
la lista de empleos.
No desea más que dónde descansar
uno por uno sus poros.
Hay tanta soledad a bordo de un hombre
cuando palpa sus bolsillos
o cuenta los pollos asados en los escaparates
o en la calle los caballitos
que fabrica la lluvia feliz.
Y dentro, en la tibieza
las bocas sonríen a la medianoche
algunos se besan y atesoran deseos
otros mastican chicles
y juegan con sus llaves
crecen los bosques de ídolos
y el cazador cobra su mejor pieza.-


PALABRA

Ven palabra desnúdate
serás la amada de un hombre al que no le
importa
si pareces fea o eres pobre.

Porque vosotras palabras
os parecéis como un desfile de mujeres
hermosas
toscas o refinadas
podéis dar más unas que otras.
Pero tengo la debilidad de detestaros bien
vestidas
la sola vista de vuestras lentejuelas de feria
me cansa de antemano
el corazón.

Sé que en cambio desnudas
pasáis con el secreto que nadie ha gustado
o que pocos comparten.
como alguna muchachita gris desmedrada
y sumamente silenciosa
con los zapatos llenos de barro
a la que una sola mirada a ella misma
la hace resplandecer
como envuelta en polvo de estrellas
y de mariposas apretadas.-



                                                                Mario Rivero




Imágenes: pinturas de Elizabeth Adela Forbes  (Canadá, 1859-1912)


Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio

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