Luis Zalamea Borda
Poeta, traductor y novelista colombiano nacido en Bogotá en 1921 y fallecido en Miami en febrero de 2013. Perteneció a una familia de gran abolengo y recibió una esmerada educación, convirtiéndose en un gran exponente de la literatura colombiana. Autor de varias novelas, ensayos y traducciones que le merecieron el reconocimiento internacional. "Requiem Neoyorquino y otros poemas", "Voces en el desierto" y "El círculo del alacrán", forman parte de su extensa obra.
"salvaje mia: ¡ámame así,
envuelveme en tu brumal!
Y bebamos del manantial
de esta locura primitiva"
A UNA MUJER COSMOPOLITA poesía de Zalamea Borda
Nueva, impoluta, pura,
compañera de mañaneras risas,
lejana madre-niña, fuente de ternura,
ancla de nuestras lágrimas y mutuo
desvarío.
Así quisiera verte.
Mitad ardilla en medio de los sueños,
hembra fundamental, valerosa argonauta,
¿cuántas veces llevaste la tristeza a calles
cenicientas
fundiéndote en la noche con la ciudad de
llanto?
Volver, volver a ti, quisiera.
Encendida matriz de rebelde destellos,
cuajada soledad que ni los gritos rompen,
pirámide aislada, taciturna y urbana.
Ante tu recia rosa se estrella la nostalgia.
Mas así no te quiero.
Quisiera verte nueva, lavada por el alba.
Limpia tu alma de hollín cosmopolita,
como la mañana verde que se pierde
en el trópico,
donde el amor ya juega y la ternura nace.
Así, así quisiera verte.
Oh antigua capitana de mi bajel vagante
déjame que te conduzca a la escondida
rada.
Oh niña ardilla que una vez fuiste mía:
déjame que cure tus heridas noctámbulas.
Y entonces, quizás, una vez más te vea
-tus antiguas formas vuelvan poco a poco a
mis
manos
nueva, impoluta, pura...colmada de
esperanza.-
EN EL COMIENZO
Eres el comienzo, la luz y la esperanza.
Antes de ti era la nada y no habían nacido
las palomas.
Qué angustioso vacío el vivir sin saberte,
aunque mis ojos adivinaron tu mirada
lánguida
y fueron construyendo mis manos tu
presencia,
inventando mis sueños piel, risa y esencia
de tus besos.
Sin ti andaba yo al garete, en un mar de
borrasca,
cuán alejado de todo puerto conocido.
Y el mar también era la nada.
Tendrías que llegar a darle un día
el verdor de tus ojos, la sal de tus pupilas,
un hontanar de lágrimas,
y la suave madrépora que crece entre tus
labios.
Sin ti mi voz no tenía forma y su eco faltaba,
era el lloro de un niño que se pierde.
Tú le entregaste acento y le fijaste rumbo.
Y entonces pude contarte toda, con la voz que
me diste.
Antes de ti, la nada, la pegajosa angustia, la voz muda.
Mas hoy comienza a respirar mi mundo,
nutrido con tu luz, fincado en la esperanza.-
REGRESO
Acabas de llegar.
Cruzaste, en solitaria caravana, un desierto de sábanas,
las venas en sus múltiples ramas abrazando.
Atrás están quedando los montes calcinados;
la saeta que rompe la ventana del yodo;
la larga enredadera de los nervios;
el muelle negro donde los sueños de la noche
zarpan.
y ya no escuchas las voces del mundo de fantasmas.
Estás radiante, nueva, completa, y hasta un poco celeste,
al emerger del reino prohibido de las sombras.
Estás triunfante, diáfana, infantil y hasta un poco felina.
Lo fosco de la noche en ti fue derritiéndose,
olvidada la pena aguda de tu entraña.
Surge la única voz, con la esperanza;
la cortina incitante que descorre el mañana,
el fruto nuevo del dolor, tan bienamado,
y la centella poderosa de tu grito.
no ya de soledad ni de pavor ni hielo:
de entera dicha sin baldón ni frío.
Hasta encontrarte incólume,
espérame, triunfante, a la otra orilla del dolor.-
Luis Zalamea Borda
Imágenes: pinturas del artista francés Edouard Vuillard (1868- 1948)
Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio
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