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jueves, 1 de junio de 2023

Del cuerpo

Duodécimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 10.000 escritores, respetando el derecho de autor.






Publicación N° 3.108-



                                                                                               Antonio Aguilar Rodríguez

Poeta y narrador de España, nacido en Murcia, en 1973. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia. Actualmente es profesor de Lenguas Castellana y Literatura en el Instituto Ricardo Ortega de Fuente Álamo (Murcia). Ha publicado varios libros de poemas, "El amor y los días" (1998), "El otoño encarnado de Ives de la Roca" (Editora Regional de Murcia, 1998), "Allí donde no estuve" (Riap, 2004), etc. Han aparecido sus poemas en los periódicos "La Verdad"  y "La Opinión", de su ciudad natal y en varias revistas culturales, como: Litral, Hélice, Isla Desnuda, El Coloquio de los Perros, Némesis, MusÜ, etc.


                                                                                     "La cabeza que pende de la barra,
                                                                                       la luz hecha de pan,
                                                                                       el pelo rubio, largo,
                                                                                       que casi alcanza la madera"









   



DEL CUERPO

Hubo una fiesta en la mañana.
Descalza, con los pies descalzos
por el pasillo, hasta el cuarto de baño.
Toda la casa fría,
menos tu cuerpo,
toda la casa que no era tu cuerpo.

No hay nada más, me dices.
Tampoco hay menos.
Hay dos cuerpos, hay una cama,
hay ropa en el pasillo.

No hay más. Cierras los ojs.
Te acaricio.
El alba huele a noche abierta.-



ABRES LAS VENTANAS

Me das los buenos días
y abres de par en par las ventanas.
Entra la luz.
A la hora del café
desayunamos luz,
comemos con las manos
sobre un mantel de sábanas y ropas
desordenadas.

Desde la cama me regalas
el ventalle de cedros,
amor, yo con amor te pago,
uso los dedos para rebanar
tu cuerpo.
       Apenas hace un rato
era de noche
y estábamos dormidos.

Ahora es esta luz
la que ha reaído cuanto deseamos
después de la emboscada
de las sombras:

tiendo mis brazos y te toco,
tengo sed y me sacias.-



LA GUÍA DE LOS ÁRBOLES

Seguí la guía de los árboles
a través de la acera.
Todo estaba tranquilo.
Miré por la ventana.
La casa estaba a oscuras.
Los platos de la cena
se amontonaban en la mesa.
Al final del pasillo
alguien cantaba.

Yo sólo tuve que poner los labios.-



GUARDAR EL EQUILIBRIO

La manera en que tiendes la colada
-el pelo recogido,
el olor a café-,
la forma en que te adentras en el bosque
de la ropa tendida. Te deslizas,
fluyes, vas en volandas.
Es lo fácil
que parecen las cosas en tus manos,
lo fácil que haces esto o aquello.

Es también la mañana, el patio, los vencejos
sobrevolando la espesura de la noche.

Es la manera de guardar el equilibrio,
mientras el universo gira imperceptible
y tiendes las constelaciones
con apenas un movimiento de tus brazos.-




                                                                                         Antonio Aguilar Rodríguez



Imágenes: Pinturas de Daniel Gilbert.





quiquedelucio@gmail.com

Blog auspiciado por Canadá Cultural Center of Montreal.

 

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