Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 2.237-
Norma Dutch Roveri
Poeta y artista plástica de Chile, nacida en La Serena, el 21 de febrero de 1959. Cursó estudios secundarios en Estados Unidos y se tituló en 1982 como kinesióloga, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Ha incurrido en la pintura, pero la poesía es su compañera desde siempre. En noviembre de 2007 lanza su primer poemario: "Eterna pleamar", publicado en Sevilla, España, como parte de la colección de poesía Rumayquilla. También se han publicado sus poemas en la revista "Aldaba" y han sido leídos en el "Gift of the Spirit" Art Festival, del condado de Benton, EE.UU. En el 2009 participó junto a otros poetas de la antología "Versos encadenados" y participó en Puebla, México, del encuentro poético "Aires de libertad".
"Cuerpos y ciudades penden
de tu cuerpo desprendido.
Deshaciendo tus albas sienes
nutres de existencia las escamas"
SEGUIR CON VIDA
Entre el pecho y el infinito siento
el ahogo de recordarte.
Guitarras barrocas pulsando
las fibras que me destilan,
los besos que me comieron el alma
cuando éramos vibrante concierto de violines.
El recuerdo se va tiñendo
de un preludio de bemoles,
asonantes al dolor de no tenerte,
de no saber nada de ti,
de tú ser sólo el pasado
que dejó estos ojos penando
en el diapasón del tiempo,
y que nunca, nunca
volverán a encenderse al roce de tu cuerpo.
¡Cómo dueles! Cómo,
si ya me cicatricé el corazón,
s ya dejé escrito este adiós mil veces
con su cano repitiendo el silencio
en ejercicios de vocalizo
para mi alma ya ronca, ronca
de no oír, siquiera, su propia voz,
la que en perpetua oración de claustro
fuera testigo único de tu inagotable pasión
y de la amarga agonía d la mía.
Cuanto amé,
y cuánto más tuve que amar
para seguir viva.-
TODAVÍA ES TIEMPO DE SEMBRAR
Cuando se vaya
se irá con el poncho puesto y lleno.
Como alero colonial,
sus tejas serán pétalos y voces,
sus sueños serán las fibras
que el telar dejó al viento
para urdirle de besos los años
y el lamento.
Cuando no haya más calor
en el atardecer de mis ojos,
sabrán a dátiles los recuerdos
que sólo ella ha de llevar,
para andar los bajos,
los llanos,
los altos del cielo,
donde me dejará plantada para siempre.
Almita, déjame sólo dejarte
cuando ya esté el potrero arado
y el leño haya dado sus retoños de verdor.
Almita mía,
déjame amar,
hasta que sólo tú seas mi última existencia
y tu soplo baje al manantial de donde beben
los hombres de buen corazón.-
OFERTORIO
Arpegios de un sol desvaneciendo.
Riachuelos alados cantan.
Moribundas las gotas.
Llantos al viento honran
en paciente silencio.
Bajas del infinito al Océano,
traes entre copas espiga y firmamento,
te desgranas hilvanando el cielo, lavando
los arcos del tesoro encadenado a vides
que aguardan vestirse de rubíes;
nieve y sol redimidos
en el crisol del tiempo.
Los años de la tierra hembra
esperando milagros.
Destilando nubes,
las lluvias se desnudan en plegarias
para ungir la tierra arcana
con promesas de vino y pan.-
Norma Dutch Roveri
Imágenes: Pinturas de Bryan Larsen (Estados Unidos)
quiquedelucio@gmail.com
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