Octavo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 2.096-
Francisco Álvarez Velasco
Poeta español, nacido en Cimanes del Tejer, León, en 1940. Ha sido profesor de Literatura en los institutos de bachillerato de Ocaña, Tarancón y en el Real Instituto de Gijón, ciudad donde reside. Parte de su obra poética la componen los libros: "Tiempo de maldición" (1979), "En el nombre del árbol" (1984), "Tierra" (1986), "Del viejísimo juego de la Tierra" (1988), La hiedra del silencio" (1993) "Noche", que obtuvo el IX Premio Internacional de Poesía "Antonio Machado" en Baeza (2005), "Las aguas silenciosas" (2007), "La luna tiene una liebre" (versión en castellano y asturiano, 2009), "Memorias de la sombra" (2010), etc. Poemas suyos han sido traducidos al francés, portugués ,italiano y alemán. En el año 2007 consiguió el Premio de la Crítica de Asturias en la sección de columnista literario.
"cuerpo tendido
a sol y espliego hueles.
Y al tibio sacramento de tu carne
caminan las hormigas del deseo"
AUTOPSIA
Alguien le abrió los ojos,
y en su interior había:
luces de amanecer,
lentos trenes del alba,
un árbol con su sombra,
la hojarasca de otoño,
un rostro ante el espejo,
la escarcha en los cristales,
unos labios abriéndose,
otros ojos mirando.-
TRECE POETAS
Al fondo de tu oreja late rosa una estrella
que me llama y acudo, al fondo de tu oreja,
con los labios y beso el pabellón de nácar,
el lóbulo de musgo encendido de rosa.
El espacio infinito era un arroyo claro
que salta de tu nuca, desciende por los hombros
sin tregua, fluye y fluye por la espalda su luz
y se despeña y luego remonta la cintura.
La mar perló de rojo suave y nácar tus pechos,
y levantan su vuelo como gaviotas blancas
en el alba de junio, y detienen su vuelo
como amapolas rojas por los campos de trigo.
Y yo, aquí, a tu costado. Ríos de sangre en sombra
me recorren por dentro y de ti me separan
como si tú estuvieras en el final de un túnel
negro, estrecho, infinito. En el final de un túnel.-
TIERRA
Arcilla luminosa donde el tiempo se comba.
Es arcilla tu cuerpo, remanso en que las manos,
arcilla en que los ojos, donde los labios secos
aquietan hoy sus pulsos, la luz más honda beben
que atesora la tierra.
¡Tierra arcilla tu carne,
honda tierra en silencio! Abierta gloriosamente
para la mano que avanza donde late
el fuego inextinguible de un corazón secreto.
A grandes sorbos busco la pura luz profunda.-
BRISA DE CENIZAS
A la orilla del día,
cuando el alba sopla un viento oxidado,
boqueas como un pez
en la ola de lmo
de las horas que empiezan.
La ciudad no despierta.
Hay un chorro de agua inútil
que lava las aceras.
¿Hacia dónde tus pasos
por la orilla del día?.-
EL PARQUE
Y en las pausas oscuras
de la blanca memoria
gentes ciegas nos buscan con su mano.
Querrán cruzar las calles
y llegar a instalarse en su esquina vacía
o a un banco con gorriones en el parque
junto a las limpias voces de la infancia.
Es un viejo jardín con hierba sucia
y con palomas grises en las amanecidas,
donde esperan los viejos a su muerte
y gritan por la noche los amantes.
Y después de la lluvia huele a otoño.-
Francisco Álvarez Velasco
Imágenes: Pinturas de Juan González Alacreu (España, contemporáneo)
quiquedelucio@gmail.com
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