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miércoles, 2 de mayo de 2018
Aprendizaje
Séptimo año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a más de 3.000 escritores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 2.024-
Amanda Espejo
Poeta y narradora de Chile. Pertenece al grupo editor de la revista La Mancha y es directora de su versión virtual, desde donde practica un amplio trabajo de difusión cultural. Ha publicado el poemario "No hay más que esto" y las plaquets poéticas "Entre lunas" y "Décimas sobre un barco de papel". Desde el año 2011 trabaja activamente en la Agrupación Cultural Puerta Abierta Chile México. Ha sido distinguida en varios países en el género narrativa, habiendo participado en más de veinte antologías.
"Salvar las distancias estelares hasta
rondar tu Mar Muerto. Meter las manos al agua
mucho más allá que el codo hasta jalarte
los cabellos e izarte a la superficie"
APRENDIZAJE
Entonces, dime...
¿Alguna vez te aprendiste mi espalda?
¿Caminaste a paso firme los adoquines de mi columna
deslizando tu cuerpo por las lomas de huesos curvos
lamiendo -de paso- la textura leve de mis pecas
y el quiebre altivo de mi cintura?
¿Sellaste con tus labios al final del recorrido
la hondonada tibia donde se guarece
la última vértebra de la serpiente?
Y si no lo has hecho...
¿Cómo puedes saber
quién es la que duerme a tu lado?.-
EL GESTO
Más que el habla
tócame
para que pueda volver
del reino triste de la nada.
Tócame al contado,
con remitente y en vivo.
Urge el rito con las yemas de tus dedos.
Tócame los dos pechos
para enredarme...paloma...
en el zarzal ardiente de tus manos.
Tócame el vientre desnudo
sol y playa dispuesta
al servicio presto de tu cuerpo.
Tócame entera y en lleno
nalga, cadera y cintura.
Resbala por mis piernas el dulzor ido.
Tócame con los ojos abiertos
para que yo, la ausente,
duerma confiada el sueño de la calma.
Tócame al fin con esmero
hasta que ésta, la sin-forma,
recupere el contorno que hasta ayer mismo,
tú gozabas.-
DE UN CORTE
¿Sabes tú lo que es la rabia?
¿la impotencia?
¿la frustración repetida una y otra vez a lo largo
de la vida sin que melle el cambio de sujeto
a nuestro lado?
Haz oído rugir al monte a ese viento
que surge sin norte ni invierno?
¿Haz percibido el crujir del volcán increscendo
que calienta nuestros pasos?
Realmente...¿sabes algo de lo que ocurre enfrente
de tus narices?
Cada pregunta es un acicate a la ira, un leño que incrementa
la hoguera del hastío.
Nada.
El hastío es frialdad sólo al comienzo.
Luego arde entre la furia de no poder soslayarlo.
Entonces...¿qué hago con esto?
¿Con esta furia que brota y se escurre por mis dedos,
que los tensa,
los curva y aprieta en el aire en busca de tu cuello?
¿Quieres que escriba poemas, un cuento costumbrista
o un relato fantástico?
¡Una tirria sería el reflejo de lo nuestro!
Nada sale de mi boca como no sea desprecio.
Pena. De la amarga y de la negra
por ese castrarse en vida a causa de la costumbre,
de lo que digan,
de lo que esperas.
Y este temblor retenido, este abrazo de muerte gastado
a tu lado por cada falta,
cada yerro, cada engaño...
no ha de servir en vano
llegado el momento.
¡Ay de tus perversiones mi Mal Amado!
y de ese existir cobarde que tatúa el rostro.
La gota, por ínfima que sea ha de colmar el vaso.
Y el mío, de lleno empapa las sábanas, el cobertor
y estos cuerpos
que noche a noche agonizan en espera de un sólo gesto
que ha de cortar por lo sano lo que de enfermo
ya ES muerto.-
Amanda Espejo
Imágenes: Pinturas de Odile Chodkiewicz (contemporánea)
quiquedelucio@gmail.com
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