Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su propia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.
Publicación N° 1.111
Arely Jiménez
Poetisa mexicana, nacida en Aguascalientes en 1992. Estudiante de Letras hispánicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Fue becaria del Curso para Jóvenes Escritores 2012 de la FLM en Xalapa. En el año 2012 ganó el Premio Nacional de Poesía "Desiderio Macías Silva", también fue becaria de PECDA Aguascalientes en 2013 y 2014 en la categoría de Jóvenes Creadores. Ha participado con sus poemas en diversas antologías de su país y del extranjero.
"Y en verdad me pregunto de qué ha servido
ser una cuerda tensa,
apenas un dedo, una nada en pie
frente al desastre"
MIRADA
Déjame plantar flores.
He nacido Narciso para tu frente.
Déjame inclinarme
sobre las pardas corolas líquidas
para reflejarme en tu alma sepia,
ahogada y encontrada hermosa
por tus aguas.-
VIENE LO AUSENTE
Viene lo ausente
a ensombrecer mi ventana.
Qué diminutas las huellas,
los pies de los fantasmas aún vivos,
qué delgada el ala metálica
de la memoria,
traza constelaciones
en este fruto oscuro
que me avergüenza de tan enrojecido
y sincero.
Ahora lo hiere vivamente el silencio.
Es verdad:
no le había temido a la noche,
porque brillaba más el recuerdo
de la luz,
que la luz misma.-
ABULIA
Es sábado,
los corazones duermen.
En el aire pesa una respiración onírica.
El sol imprime con la amplitud de un bostezo
sus sombras en las cuencas entrecerradas.
El cansancio se lleva sobre los hombros
como un abrigo soberbio.
Hay que justificar el sueño,
no vale ser sábado si no ha ido toda la semana,
si el tiempo no deja estrías
y el moho finca su densidad en la pleura.
Dios no espera visitas,
es el día para pisar
el musgo bajo los párpados,
alcanzar el horizonte:
la larga línea del agotamiento,
y esperar que se yerga en cubo,
que florezca desde su somnolencia.
Es sábado,
los corazones, con salvedad,
descansan.-
MEMORIAL
I
Vine a Xalapa para no saber de mi padre
que moría a lo lejos,
vine a buscarme entre la neblina.
Vine huyendo de la muerte
pero encontré
el otro extremo de un hueso.
II
Mi madre dice que el verdor
se me quedó en los riñones,
como un musgo que los mata
mientras los llena de vegetación.
Mi madre afila en su lengua
la misma amenaza,
de la que ya no hay nada qué temer
porque lo peor ya vino.
Ya vino la sed, este divorcio del agua.
Ya está acá el enfermo condenado
a ser su propio homicida,
a lamentarse de sí mismo
y a recibir todos los reclamos
porque no hay otro a quien reprocharle.
Mi madre afila un memento mori
un carpe diem, un eco de Kavafis
ella dice:
¿Qué acaso yo te dije que te fueras?
¿Te pedí que no creyeras en ningún dios?
¿Te pedí que imitaras a las piedras?
y valen muy poco todos los hilos
que destejen los moiras,
y vale tan poco el índice de dios aplastándome
y no es nada este verdor contenido
como una fiera hambrienta
de mis órganos.
III
Soy demasiado joven para decir:
quiero volver a Xalapa antes del final.
Soy demasiado ingenua,
todavía estoy a los pies de mi propio cuerpo,
todavía no descifro su idioma.
Tampoco he podido descifrar
los eufemismos de los médicos,
las palabras perdidas en sus miradas.
Me miran: mi cuerpo es sólo una cifra,
roja o con asteriscos a un lado.
Todo está mal, dicen al fin.
Soy demasiado joven, pienso.-
Arely Jiménez
Imágenes: Pinturas de Bartolomé Esteban Murillo (España, 1617 - 1682)
quiquedelucio@gmail.com
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