Poeta español nacido en Murcia en 1948. Profesor de Literatura Española en la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia. Obtuvo, entre otros, el Premio Adonais 1977 por su libro "Maneras de estar solo", también publicó "Páginas de un diario" (1981), "Elegías" (1984), "Autorretratos" (1989) y dos recopilaciones de toda su poesía escritas entre 1989 y 1995, donde lo muestra como un poeta depurado y maduro. Es colaborador permanente de numerosas revistas literarias.
"Y ahora cállate. No dejes que a tus labios
se asomen nunca más las palabras que hoy
has dicho por última vez.
Guarda la voz"
ALREDEDORES DE LA LUZ poesía de Eloy Sánchez Rosillo
Casi sin ver la realidad del día
ni la certeza de su claridad,
ando en busca de ti, de los vestigios
de unos años, de un mar, de unos lugares.
Porque la sombra avanza y los astros escriben
sus órdenes fatales en mi frente,
y es triste a solas proseguir la angustia
de los caminos que iniciamos juntos.
Pensar un cuerpo es inventar la noche
de las islas perdidas, el fulgor
olvidado en los brazos de la hierba.
Es difícil ahondar en el silencio,
llenar de amor el hueco que el instante
abre en el grito son quente pronuncio.
No escucho la presencia de tus pasos
vigilando la herida de los versos escritos
ni el temblor desolado de la tarde
deja en mi voz el pozo transparente
de lo que ardió y se fue y es ya elegía.
Seguir es regresar, volver al borde
del lecho aquel, de la blancura en llamas.
La soledad me dicta letras anochecidas
y las horas se duermen en el pulso del tiempo.
Vuelve a llamarme. Esparce tus designios
en las proximidades de otra hoguera.
Se acabará el sonido del invierno,
la mirada extendida, la sed de las palabras
El deseo que recuerda el color de unos ojos
descansará en la tierra que conoce.
Las calles arderán a mediodía
y cantará la luz entre mis manos.-
TARDE DE JUNIO
Ahora juntos, vivimos la hermosura
de esta tarde de junio,
al conocimiento de la verdad del amor,
a la gran llamarada del encuentro.
Ahora sabemos que toda la alegría
cabe en el mundo breve de esta habitación,
en el espacio ardiente de este lecho.
La luz cansada del atardecer
dibuja sobre el tiempo islas doradas.
En un rincón del cuarto
brilla la enredadera de la música.
Un viento súbito sacude nuestros cuerpos
y lo olvidamos todo.
Después regresan las miradas lentas,
los gestos satisfechos, las sonrisas.
Y luego contemplamos en silencio
con qué dulzura va cayendo la noche
sobre la indiferente ciudad que nos rodea.-
TIERRA DE LA SOLEDAD
Con el tiempo los cuerpos se acostumbran
a caminar completamente solos
sobre la tierra de la soledad.
Las vagas sensaciones, los recuerdos
de los lugares en los que encontramos
a alguien con quien hablar, a alguien que
escuche
nuestras palabras mientras cae la tarde,
se van borrando lentamente, como
huellas que el viento apaga y desordena.
Y el eco tibio del antiguo encuentro
no persiste en la voz, en el lenguaje
con que aprendimos a nombrar las cosas.
Sólo queda la noche. Y nos perdemos
en el largo silencio de las calles
vacías. Y al llegar la madrugada
sentimos frío y respiramos muerte.-
Eloy Sánchez Rosillo
Imágenes: Pinturas del artista portugués contemporáneo, Luis Alves.-
Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio
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