Publicación N° 1.740-
Daniel Acevedo
Poeta y narrador de Colombia, nacido en Medellín, en 1986. Historiador de la Universidad Nacional, Magister en Estudios Literarios y tallerista de Escritura Creativa en el Retiro desde el 2014. Pertenece al Comité Editorial de la revista Innombrable. Ha participado de numerosos encuentros, entre ellos el I Encuentro de Poetas Jóvenes 2014, Nuevas Voces de la Poesía de Medellín, etc.. También ha publicado en la revista Homo Sacer de México y la revista Coma de Argentina. Tiene un libro de cuentos llamado "El ferrocarril de los sueños perdidos" y un poemario que se titula "Los rituales del viento".
"Y entonces miraba perdidamente aquel punto sonoro
Intentaba descifrar el acertijo que me presentaban
aquellos labios, dos pequeñas puertas de cristal
que se abrían y cerraban en un concilio de palabras"
LA DANZA DE LOS ESPEJOS
En la colina sinuosa de Salamina
van rodando los espejos
unos, lentos, disfrutan el ritmo
de las sacudidas
otros, con más prisa,
caen, danzan y aceleran
como torpedos en el báltico
Ruedan, ruedan, los espejos
como planetas por fuera de su eje
como canicas bajo la lluvia
Ruedan, ruedan, los espejos
con el recuerdo del último rostro
y los cuerpos que desaparecen
Ruedan como protesta
contra la imposibilidad del
desdoblamiento
un grito sale de sus grietas vidriosas
"Soy yo"
"Existo"
"Mis dedos son callosos y respiro el mismo aire"
"No soy tu reflejo"
Ruedan, ruedan, los espejos
sin saber que habitan la ilusión
del movimiento
Ruedan, ruedan, los espejos
caminan los senderos de los hombres
y se estallan, como caracoles salinos,
al llegar al pavimento.-
CLEPTÓMETROS
Un cleptómetro se posa en tu rostro
te roba los ojos, la piel y la voz
Desarma tu lengua de palabras
luego escapa y se escabulle
en medio de las calles
de la ciudad del río
de la urbe de la luz.
Un cleptómetro vuela silencioso
se mueve como un fuego fatuo
aparece en un breve estallido
Desaparece en la bruma
con un parpadeo agitado
o una canción de desamor.
Un cleptómetro sube por un cabello
de la montaña asesina
La parca muerte ha iniciado su discurso
y las balas son una audiencia cumplida
que no ven al pequeño clepto
que excitado le roba su voz.
Un cleptómetro camina ls senderos
del cuerpo de una mujer
navega el río que va
de su espalda a sus nalgas
Se alimenta de suspiros y besos
desaparece en medio de la lluvia
de las sábanas mojadas
Un cleptómetro ríe en un confesionario
allí no puede alimentarse
Palabras trasvestidas
palabras maquilladas
palabras que le falta la pimienta
del verdadero dolor.
Un cleptómetro casi es aplastado
por la multitud en el metro
metidos en sus hipnóticos rituales
de apretar teclas de símbolos
para intentar ocultar el abismo
de su soledad de cristal.
Un cleptómetro saborea
un helado dulce y frío
son las palabras y el llanto
de una madre que perdió a su hijo
En la guerra del tráfico
de esperanzas de salvación.
Un cleptómetro llega a su colmena
aglomera las palabras en pequeños agujeros
Guarda alimento para el invierno
y le da ropa a sus pequeñas larvas
que sacan sus dientes
y sonríen satisfechas.
Y en la ciudad sólo queda el silencio
Ya no hay cleptómetros
ni palabras
No queda nada
más que el susurro del viento
El olvido y el adiós.-
Daniel Acevedo
Imágenes: Pinturas de John Fernandes (contemporáneo)
quiquedelucio@gmail.com
Me gustaaaaaaaa
ResponderEliminarla primer pintura es de Marcos Beccari.
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