Quinto año de una antojadiza antología de la poesía de todos los tiempos, seleccionada por el escritor Quique de Lucio. Esta pretende ser una antología cuyo sentido radica en la actividad del lector, en su lectura que organiza los textos como un proyecto de su peropia aventura y goce creadores. Difundiendo a los hacedores, respetando el derecho de autor.
Joaquim De Sousa Andrade
Poeta brasileño conocido por su seudónimo Sousandrade, nacido el 9 de julio de 1833 y fallecido el 20 de abril de 1902. Poeta adepto al "Condorist movimiento", su poesía muy innovadora para la época de su publicación se considera ahora un ejemplo temprano de Simbolismo y Modernismo en Brasil. Comenzó su producción con "Harpas Selvagens" (1857 y su último poemario fue "Nuevo Éden (1893). También diseño la bandera del estado brasileño de Maranhao. Los poemas aquí publicados fueron traducidos por Javier Sologuren.
"Viendo estaba la vesperal centella
Áurea y tan joven llegar a su ocaso:
¿Es del Chanca arrancarse trenza hermosa
O de la luz del ojo extinguidora?"
VASTA AMPLITUD
Vasta amplitud -inmensidad- engañan,
Cóncavos cielos, redondez profunda
De mar en luz -¡cuán amplios se confunden
En la paz de las aguas y natural
¡Ola ninguna ni florón de espuma,
O vela o iris de grandiosa calma,
Donde navego (reino-amor de Numa)
Cual navegaba yo dentro de mi alma!
¡Vedme en los horizontes luminosos!
Veo, tal como vi, los mudos Andes,
Terribles infinitos tempestuosos,
Nubes flptando -magnos espectáculos-
!Ea, divinal fantasía! incendio
Del ensamiento eterno -¡Helo magnífico
Al Ande que alto ondea al Chimborazo,
A rayos de Inti, y voz del mar Pacífico!-
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Así fue navegando el mar Pacífico:
Aprendiendo el silencio de los montes;
La calma de las aguas, y que en místico
Velo, se oculta a medias gloria andina!
Modestia de las rocs: sólo imítanla
Los de divinidad y virtud fuertes
Que si resplandores a su frente agitan,
Virginidad, dolor guardan en pecho.-
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El hombre fuerte: adoró silencioso,
Ojos cerrados cual se está en el templo,
Interno, Inti existiendo, estando en Dios.
Sintió ser Dos-Alma necesaria
Su existencia, nube que, contingente,
A los límpidos cielos fue exaltada,
Al corazón que ahora él contemplaba
Con la ciencia se ve más claramente.
Sondea más su abismo, más luz halla.
Era en la infancia un hombre-dios vidente.
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No creyó en la esperanza, diosa humana;
Mas sí en la fe y gratitud que no olvida,
Porque es la añoranza y son las memorias,
Y el divino amor, no el interesado.
De esperanza es, en tanto, un sentimiento
De justicia futura, que lo encanta;
Empero antes de la visión del juicio,
Tuvo fe, y resignación, la santa.
Pensando, tierra sentía el cerebro
Donde la idea, cual árbol, se clava:
¡Recién nacido, delterreno verbo
Sintióse en Dios e irguió la frente de Inca!
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"Y en los cielos lució, con la nostalgia
Y enemorado adiós, ¡oh! cuán hermoso
Del lirio del campo en la tarde abierto,
Igual que la noche, al misterioso hogar
"Bland, amorosa, y ojos con instantes
De muerte debatiéndose por vida-
¡Oh Cusi Coyllur! brillos estelares,
Alegría que tornas tan querida
"La tierra por ti solo! es tanta y fuerte,
Tierno el dulzor con que en ella inclinas
El rostro de anteanoches matutinas-
Del Inca princesa, ñusta, ¿Y el consorte?
De Ollantay en las rocas, invisible,
En su fortaleza, alto él y fragoso,
Rebelde contra el rey, terrible se alza
O gime el dulce amor. Fue del guerrero,
Cuando Intisuyo, comarca de oriente
Alba luz de cegar, las alboradas
Que al sol anuncian y candentes voces
De tunqui se oyen, de sangre consagradas.
Astral la mascaipacha, el manto fúlgido,
Regia insignia y resplandor de la frente,
Túpac Yupanqui desciende glorioso
De áureas andas. Saluda al sol naciente;
Prosternado ya el grande pueblo ameno,
Recibida la bendición paterna
Toma el arado de oro, en campo nuevo
(Ved fiestas en la moral del prólogo)
Ve el Inca labrando. Prorrumpen himnos
Los salmos de Huacaylli y el que recuerda
Belicosas acciones y divinos
Virgíneos coros al rubor del alba.
¡Se encendieron, tronos de oro, los Andes!
Ya entre rayos de rubíes en llama,
Inti-Dios asentóse, eternas manos
Del cielo bendición de amor derrama!
El, el amado, el señor de la tierra.
De primores la viste, irradia en ella,
Torna en topacio el páramo celeste
Y por el firmamento va cruzando.-
Joaquim De Sousa Andrade
quiquedelucio@gmail.com
Quique de Lucio permitame copiar (estará en mi blog) a De Sousa Andrade.
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