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viernes, 7 de junio de 2013

Estaciones



                                 
                                        "en otoño nos querrán llevar a otro cielo
                                        los vientos, y también a una calle sin nombre.
                                        No es que no haya luz pero los rayos
                                        deben llegar a la cueva donde el fuego no ilumina"



EL LABERINTO DE LAS ESTACIONES   poesía de Quique de Lucio


        La memoria ese puente dispuesto sin apoyos
        que une la parte rota de algo vivido


Estamos en el laberinto y trae la tarde
un viento helado y ronco que es el viento
      del pasado, y en la orilla esparce
hojas secas, sapos y periódicos, mientras miramos
el sepulcral avance del río sobre la arena,
como el refugio del recuerdo.

Aquel verano, luminoso y adolescente, fue la vida.
Y es ahora como una tempestad cruzando la memoria.
Hay una luz cansada tendida sobre la tierra,
es un gorrión malherido, sin nombre y sin sentido.
      Estamos oyendo voces que resuenan
como una melodía incesante en la boveda del cráneo.

Con la mañana derogaron las estrellas
      sus señales y sus leyes
y es inútil que el arquitecto dibuje ríos secos
en la palma de nuestras manos. Espera septiembre,
enero disuelve apenas la piel de las estatuas
y aún canta en flor el árbol de las venas.

Se muere el río de otoño en las tinieblas de las luciérnagas,
hay niños que se hamacan en la rama de un árbol
      y en la playa se pudren títeres de madera.
Alguien que no conocemos nos persigue llorando
pero creemos que ahora no es esa estación.
Lo pensamos de a poco, en mitad del laberinto.

Tal vez recordamos momentos que alguna vez existieron
al lado de esos cuerpos que existieron
en aquellos lugares que están, tal vez, en el olvido.
Se van yendo unos niños que agitan pañuelos
      no era junio si hacía calor en el agua y si atendemos
brevemente a nuestra mente confusa.

No rayemos las paredes de aire de marzo
que sobre el gozo cuelga sus cadenas,
y su clima de menta, en que se esfuma
      el pensamiento por el intricado camino.
No nos miremos en el espejo todavía,
octubre nunca es tal y nos espía la noche.

Se marchan los turistas cuando el sol declina,
mientras nosotros recogemos los juguetes
y el río va volviéndose más frío, ronco y sucio.
Oimos pasos, canciones infantiles y quejidos,
      es otro mes y es otro año mucho más presente.
Somos el negro destello de otras voces.

Lo último que hacemos es no hablar de recuerdos,
no decir la palabra que define a esa estación,
      y dejarnos vivir en el ensueño de otros viajes.
Era la época del niño de la albahaca y la rememoración
de papelitos rodando en el viento por la costanera,
mientras se achicaba la mancha del sol.

El pensamiento va por el laberinto y a la tarde
se ahonda la vaguedad del instinto.
      Perdida lejanía, lejanamente gris,
somos como el color gris de los ojos cegados
igual que la distancia que se olvida,
cuando no sobrevive la esperanza.

      Aquel verano fue la vida.-

ESTACIONES -5-

No sabemos si es altura o es abismo el sitio
en donde se asoman, o si son o no son;
      esas gotas de frío en plena noche
que tiemblan, que se ensanchan,
que se encogen.
No hay ley de gravedad en la vigilia, cuando
la estación avance espaciará sus dominios
      en otra hoguera.
Entonces, se acabará el sonido de la escarcha
y las calles de Córdoba arderán a mediodía.

Y así venceremos; cantará la luz
 entre las manos,
en los días luminosos de un enero.-
                                                      


Poesías perteneciente a la serie : "Estaciones", 2012/13.





Imágenes: fotografías en blanco y negro de artistas argentinos.-

Publicación de Quique de Lucio para "Nos Queda
la Palabra"
quiquedelucio@gmail.com
twitter@quiquedelucio

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